Cuando el covid decide el título
El Covid-19 ha cambiado el rumbo del planeta y transformado el deporte. La NBA ha vivido en una burbuja, pero si LeBron James se hubiese contagiado, a Los Lakers les hubiese sido imposible ganar el anillo; si dos auxiliares del equipo del esloveno Tadej Pogacar se hubieran contagiado, el campeón del Tour se hubiera tenido que ir a casa a las puertas de París; si Lewis Hamilton hubiese adquirido el virus, no hubiera alcanzado las 91 victorias de Michael Schumacher y si Rafa Nadal hubiera caído enfermo adiós 13 Roland Garros!
En la inmensa burbuja de MotoGP (más de 1.500 personas encerradas, o casi) se han producido casos a cuentagotas, cierto, pero el gran Jorge Martin (Moto2) perdió la posibilidad del título al contagiarse; el jueves, Valentino Rossi, el icono del Mundial, fuera de combate y, peor aún (muy injusto, sí), el joven Tony Arbolino, 4 del Mundial de Moto3, a solo 20 puntos del gran Albert Arenas, no podrá correr mañana porque tuvo la mala suerte de viajar en un avión donde había un contagiado solo un contagiado!!!! y deberá guardar cuarentena, diez días.
Está ocurriendo en muchos deportes y todos los organizaciones, club, equipos, escuderías, promotores, federaciones intentan sobrevivir, aumentar las cautelas y los controles, pero el virus, en su segunda ola, empieza a convertirse en un obstáculo importantísimo a driblar para que los deportistas puedan cumplir su sueño.
Los tres títulos de motociclismo parecen que van a decidirse en la última carrera, la nueva de Portimao (Portugal). Cierto, hay tres sólidos líderes (Fabio Quartararo, Luca Marini y Albert Arenas), pero los tres y sus perseguidores, no solo van a tener que seguir retorciendo el puño del gas y acariciando sus codos con el asfalto, sino cuidarse mucho, mucho, para no contagiarse del Covid-19. Es ese maldito virus el que puede quitarles la corona.