¿Por qué vender demasiados Purosangue es un problema para Ferrari?

Ferrari cierra los pedidos del SUV hasta nuevo aviso por la excesiva demanda que está teniendo.

Ferrari tiene un problema con el Purosangue: está recibiendo demasiados pedidos. Bendito problema, pensarán algunos, pero lo cierto es que la firma de Maranello debe cuidar su exclusividad y, siendo ya de las marcas de lujo y superdeportivos más vendida del mundo, el impulso del Purosangue les puede crear problemas. Es por eso que ha decidido cerrar pedidos hasta nuevo aviso, según ha adelantado Reuters.

Contextualicemos, el Purosangue su primer SUV y el coche que montará su último V12 antes de entregarse a propulsores más pequeños apoyados por la electrificación, que también montará el mismo vehículo en versiones posteriores. Parte desde unos nada despreciables 390.000 euros, cifra que lo convierte en el segundo Ferrari más caro en oferta -sin contar ediciones especiales limitadas- tras el SF90 Stradale.

Ferrari ya dijo en la presentación del modelo que, en ningún caso, dejarían que el Purosangue concentrara más del 20% de las ventas de la marca, por lo que la firma italiana no debería producir más de 3.000 en un año natural.

$!Frontal del Ferrari Purosangue.

El Ferrari Purosangue tendrá una versión híbrida enchufable en el futuro, pero de momento solo se vende con un motor V12 atmosférico de 6.5 litros, 725 CV de potencia y 716 Nm de par máximo, que le permite superar los 310 km/h de velocidad máxima y acelerar de 0 a 100 en solo 3,3 segundos.

Pérdida de exclusividad

Era lógico que Ferrari lanzará un SUV viendo que Lamborghini y Aston Martin han disparado sus ventas con el Urus y el DBX, respectivamente, hasta copar más de la mitad de las unidades vendidas. Cabe recordar que la marca quiere que sus beneficios operativos alcancen los 2.700 millones de euros en 2026, objetivo para el que sus ediciones limitadas serán clave, pero también coches como este Purosangue, que con un precio de casi 400.000 euros por unidad -sin contar extras y personalización- ofrecen un jugoso margen operativo para la marca.

Pero, aun así, Ferrari no debe vender demasiados coches. El año pasado cerró con 11.155 unidades vendidas, un récord histórico que la posicionó como la marca de su categoría -Lamborghini, McLaren, Aston Martin...- más vendida del mundo y una cifra que perjudica a la compañía por varios motivos.

El primero es quizá el más naíf y romántico. No todo el mundo debe tener un Ferrari. La marca debe ser la más deseada y, si cada vez hay más, su misticismo se evapora. En la compañía lo saben y de ahí que hayan optado por limitar la producción del SUV.

$!Interior del Ferrari Purosangue.

El segundo es quizá más importante desde el punto de vista del negocio. La Unión Europea, en su camino para eliminar los coches de combustión en 2035, confirmó que permitiría a las marcas de superdeportivos y de nicho renegociar su proceso de descarbonización para suavizarlo y que se enfrentaran a objetivos menos ambiciosos hasta la eliminación total de los motores de combustión, que se dará también en 2035.

En esta excepción entran todas las firmas automovilísticas que vendan menos de 10.000 coches o 22.000 furgonetas en Europa. Bentley, Rolls-Royce, Lamborghini, Aston Martin, Pagani, Bugatti, Koenigsegg, Ineos Automotive, McLaren... Muchas marcas se verán beneficiadas, pero Ferrari no porque además estima que sus ventas subirán todavía más.

La electrificación de Ferrari

Bajo esta norma, la UE considera a Ferrari un fabricante de volumen y por tanto debe seguir las reglas de electrificación de firmas como Volkswagen, por ejemplo. De momento, según los planes confirmados por el ‘Cavallino Rampante’, tendrá su primer coche eléctrico en 2025 con el objetivo de que las ventas de coches eléctricos representen ya el 5% ese año, disparándose hasta el 40% para 2030. Hasta 15 nuevos ‘Cavallinos’ llegarán entre 2023 y 2026, año para el que el 60% de sus coches a la venta estarán electrificados, dando paso a una nueva era para la marca.

En cifras, Ferrari espera invertir 4.400 millones de euros hasta 2026 en su electrificación y en la descarbonización de sus operaciones para 2030, aunque la gran mayoría de esa cifra se destinará a desarrollo de producto. Para 2025, los híbridos representarán el 55% de sus matriculaciones, reduciendo su peso en el mercado para la marca hasta el 40% en 2030. Sumando ambas tecnologías, Ferrari confirma que el 80% de sus ventas corresponderán a modelos electrificados ese año, dejando apenas un 20% a la combustión.

Dentro de sus planes, Ferrari confirma que aspira a ser neutral en emisiones de carbono para 2030, con lo que se convertiría en una de las compañías automovilísticas que más rápido alcanza este hito, al que aspiran casi todas para 2050.