Cupra se gradúa con Matrícula de Honor
Junio es un mes especial para los jóvenes. Tras un año de esfuerzo llega el fin de curso y con él, los exámenes a vida o muerte, a cara de perro, y la graduación. El momento más esperado del año. Mañana Cupra se gradúa, y con Matrícula de Honor. La marca española se ha hecho mayor. Y como sucede con todos los hijos, cuesta hacerse a la idea.
Para los que la vimos nacer como división deportiva de Seat en 1996 de la mano de Vicenç Aguilera y luego con Jaime Puig, siempre será algo especial. Viajando por medio mundo con Seat Sport para asistir a la conquista de su primer título del Mundial de Rallis FIA de 2 litros con el Seat Ibiza Kit-Car, nos fuimos haciendo fans incondicionales de un estilo, de una filosofía, de una propuesta que por aquel entonces ni sospechábamos que iba a llegar donde está ahora. Cupra creció, evolucionó, se sofisticó y se emancipó, eso sí, siempre bajo el paraguas tutor de Seat.
Hace cuatro años quiso empezar a volar sola como marca dentro de la compañía, impulsada por Luca de Meo, alimentada por Wayne Griffiths e inspirada emocionalmente más tarde con la llegada de Antonino Labate. Algunos, lo reconozco, llegamos a no entender el movimiento en ese momento. Pero el destino de Cupra ya estaba escrito y, nos gustara o no, debía volar sola.
Mañana martes, 7 de junio, Cupra entrará en una nueva dimensión. La marca mostrará al mundo las armas con las que afrontará su nueva era presentando los modelos sobre los que asentará su asalto definitivo a la electrificación. No será solo el Tavascán, ni el todavía ‘Urban Rebel’. Habrá más, mucho más. Porque Cupra, dueña de su propio metaverso, quiere hacer historia y lo hará manteniendo para ello todo el ADN que todas las generaciones de empleados de Seat ha ido depositando en los genes de una marca que empezó como una aventura en Seat Sport y que está llamada a ser el estandarte de la compañía en el futuro.
Dicen que «un hombre que no abraza su pasado, no tiene futuro». Cupra abraza, y de qué manera su estirpe Seat. Mañana martes, en el circuito de Terramar, asistiremos a la graduación ‘cum laude’, con matrícula de honor de Cupra. Todo el mundo espera que se levante el telón del futuro. Cientos de corazones en Seat latirán con fuerza. Brotará alguna lágrima, de ilusion y hasta alguna de incredulidad. Pero el camino está escrito: Cupra peleará con los grandes, y lo hará gracias a Seat.