Aston Martin despide a Andy Palmer y nombra CEO a Tobias Moers (Mercedes-AMG)
Son tiempos difíciles para Aston Martin. Sus ventas llevan varios años cayendo, juntamente con sus ingresos y sus beneficios. El primer trimestre de este año cerró con pérdidas por valor de 133,9 millones de euros respecto a los tres primeros meses de 2019 y su aventura en la bolsa, cotiza en Londres desde 2018, ha sido de todo menos positiva, cayendo más de un 90% desde entonces. Andy Palmer, su consejero delegado, pensó en los mercados con el precedente de Ferrari, que, a diferencia de la firma de Gaydon, no ha parado de crecer desde que cotiza.
Ante este contexto, y con todas sus esperanzas puestas en un solo modelo, el SUV DBX, hace apenas unos días un portavoz de la marca anunció que la compañía estaba "revisando su equipo de dirección" y que iban ha hacer "un anuncio cuando fuera apropiado". Este momento apropiado ha sido este martes, cuando se ha confirmado que esta revisión culmina con el despido de Andy Palmer como CEO y con el nombramiento de Tobias Moers, actual CEO de Mercedes-AMG como su sustituto. Según el comunicado, el alemán tomará posesión de su nuevo cargo el próximo 1 de agosto, aunque Palmer deja ya de ser el consejedo delegado de Aston Martin, cargo que ocupará Keith Stanton con carácter interino hasta la llegada de Moers.
La llegada de Lawrence Stroll
Daimler, matriz de Mercedes-AMG, posee un 5% de Aston Martin, marca con la que la división deportiva de la compañía alemana ha colaborado estrechamente durante los últimos años. Algunos de los vehículos de la firma británica, como el Vantage y el DB11 V8 montan motores producidos en Affalterbach, por lo que no es casualidad que Moers haya sido el elegido. El directivo alemán ha trabajado en AMG desde 1994, pasando por varios cargos hasta alcanzar el de CEO en 2013. Philipp Schiemer sustituirá a Moers al frente de la división deportiva de Mercedes-Benz.
La jugada del DBX
El DBX fue el proyecto que terminó de quemar a Palmer. Es la última baza de Aston Martin para recuperarse en un mercado muy competitivo, intentando repetir el éxito de firmas como Lamborghini o Maserati, que han visto como sus ventas se disparaban al lanzar un SUV al mercado. La marca ha gastado mucho dinero en su desarrollo y en el inicio de su producción y parte de los 600 millones de euros irán destinados a cubrir más costes derivados de su lanzamiento.Según el mismo Palmer, sin embargo, ni el coronavirus ha detenido el incremento de pedidos del todocamino, que empezará a entregarse este verano y recibirá variantes en 2021.