Prueba del Audi A3 Sportback, revolución tecnológica
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El segmento de los compactos es uno de los más competidos del mercado. De hecho, es el único capaz de rivalizar con los SUV en ventas totales. En el nivel premium, la batalla la libran el tridente alemán con el BMW Serie 1, el Mercedes-Benz Clase A y el renovado Audi A3 Sportback.
La firma de los cuatro aros presentó la cuarta generación de su compacto virtualmente por la cancelación del Salón de Ginebra. La muestra suiza debía ser el escenario del debut de un vehículo que ha evolucionado tanto estética como tecnológicamente. Apellidado ‘Sportback’, el A3 adopta ahora un enfoque más práctico pero es continuista en su diseño. Mantiene la deportividad tradicional del coche, con detalles como su alerón o sus salidas de escape trapezoidales, pero es también más largo, prometiendo más habitabilidad. Conservando detalles identificativos de la marca, como su parrilla ‘singleframe’, el nuevo A3 es más afilado y agresivo y gana atractivo.
El interior da un salto tecnológico para digitalizarse por completo, con el cuadro de instrumentos Audi digital cockpit y una pantalla central de 10,1 pulgadas para controlar el sistema de infoentretenimiento MMI, conectado permanentemente a Internet. La evolución tecnológica incrementa las opciones y la personalización pero no la dificultad, ya que es muy intuitivo. Sin embargo, algunas de las acciones requieren de un exceso de atención para llevarlas a cabo.
En general la sensación en el habitáculo es de calidad, aunque hay algunos plásticos duros demasiado a la vista. La accesibilidad es buena, la posición de conducción correcta y el espacio en la banqueta trasera amplio para acomodar a dos adultos. Su maletero de 380 litros, es suficiente para compras y escapadas.
Un digno contendiente
La unidad probada, el 35 TFSI S line, monta un motor de gasolina de 150 CV de potencia asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones. Junto al selector de modos Audi drive select, el A3 Sportback ofrece todo lo que un conductor necesita. Es cómodo y silencioso, con una aceleración correcta y recuperación decente. La palanca ofrece recorridos cortos y precisos. Conducirlo es una experiencia muy grata, todo lo que se le puede pedir a un Audi.En modo ‘dynamic’, el equivalente al Sport en otros coches, endurece la suspensión y reduce su altura en 1,5 centímetros, algo exclusivo de la variante S line, al tiempo que mejora la respuesta del acelerador. En este caso, el A3 se deja llevar con alegría, aunque se echa en falta más potencia, que en otras versiones ofrece, y carácter, aunque es estable y ágil. Es un coche para cada día que permite pasárselo bien. En la prueba, el consumo se situó entre los 5,7 litros y los 6,5 litros.