BYD Atto 2: Descubrimos el SUV urbano de BYD que llega a España
La trayectoria de BYD en nuestro país merece un estudio en las grandes escuelas de economía, pues pocos constructores han conseguido en poco más de dos años lo que ha conseguido el fabricante asiático. El primer hecho importante es el contar en el mercado con ocho modelos comercializados, todos enchufables. Este despliegue viene acompañado de unos magníficos resultados comerciales, y de una amplia red de concesionarios que cubren la práctica totalidad del territorio nacional.
Ahora, el fabricante chino desembarca con el SUV urbano más asequible, el ATTO 2. Un vehículo pensado para la jungla de la ciudad, pero con un alto equipamiento que nos permite disfrutar de la conducción urbana.
En lo que a dimensiones se refiere, encaja en el segmento “B”, aunque al límite. Mide 4.31 metros de largo, 1.67 de alto y 1.83 de ancho, con una batalla de 2.62 metros. Lo cierto es que cuando abrimos las puertas traseras, la primera impresión es la de que estamos ante un coche con poco espacio para los ocupantes, pero la realidad es otra muy diferente. Pasajeros altos, hasta 1.85 de altura, viajan sin el más mínimo problema. Posiblemente la posición sea recta, pero ya se sabe que para gustos pintan colores, y lo que para uno es bueno para otro no. Lo que sí es cierto es que, al ser un vehículo eléctrico, y no llevar túnel de transmisión, tres pasajeros pueden viajar a la perfección. Otra cosa es cómo quedamos después de un largo viaje.
La posición del conductor es cómoda. Los asientos son de tipo backet, enteros, y en símil en piel desde la versión de acceso. La pantalla que está detrás del volante es de 8,8 pulgadas, y a color. Los grafismos son de calidad, aunque no estaría de más que la tipografía tuviera algún cuerpo más y fuera un poco más grande. Lo dicho, cosas del gusto personal. La pantalla central es de 10,1 pulgadas para las versiones de entrada, y de 12,8 pulgadas para el acabado más alto, el Boost, objeto del test drive que realizamos. Echo en falta un grafismo que refleje el sistema energético del vehículo y su sistema de regeneración que, en muchos casos, podría ayudarnos a conseguir una máxima eficiencia. Lo que es innegable es que la posibilidad de cambiar el sentido de la pantalla, de horizontal a vertical, es todo un acierto, sobre todo cuando utilizamos el navegador, ya que de esta manera nos permite anticiparnos en las maniobras.
El sistema no cuenta con botones físicos, algo que echo de menos, aunque al igual que en la pantalla tras el volante, personalmente aumentaría el cuerpo de las letras para que fuera más grande, aunque cierto es que es totalmente configurable, y podemos poner los accesos directos que nosotros queramos.
Estéticamente es un coche interesante, que llama la atención. El frente es afilado, con una firma lumínica que integra faros full led con unas estilizadas luces diurnas que están muy bien integradas. En el lateral destaca el revestimiento inferior, que se prologa hasta los pases de rueda, tanto delanteros como traseros. La zaga cuenta con un atractivo spoiler de techo y un portón en donde destaca una firma lumínica que es una mezcla entre el número ocho y el anillo infinito de Moebius, que en China es sinónimo de buena suerte.
Otro de los aspectos destacados es el maletero, con una capacidad de 400 litros, pero si abatimos los asientos traseros ampliamos su capacidad hasta los 1.340 litros, todo ello con un piso plano que facilita su acceso.
Incorpora de serie la “Blade Battery”, que está diseñada para ofrecer seguridad, durabilidad y rendimiento. Cuenta con una capacidad de 45.1 kWh, desarrollando una potencia de 130 kW (177 CV), 290 Nm de par y se pone de 0 a 100 Km/h en 7.9 segundos. En lo que a autonomía se refiere, homologa 312 kilómetros, aunque aseguran que, en ciclo urbano, jugando con la recarga, podemos llegar a los 463 kilómetros. ¡Ya tenemos prueba pendiente! Si hablamos de la recarga, en corriente continua pasamos del 10 al 80% en 37 minutos. En el caso de corriente alterna, cargamos totalmente la batería en cinco horas y media.
En carretera el BYD Atto 2 se defiende francamente bien. Reseñable el sistema de frenado, clave en la regeneración de la batería, en donde podemos comenzar a notar su trabajo con un suave toque del pedal. La posición de conducción es cómoda, aunque habrá que probarlo en viajes largos para notar los efectos. El paso por curva es firme, se agarra bien y no sorprende.
En lo que a precios se refiere, la gama arranca con el Active Urban Editión, con un precio de 28.780 euros, aplicados los descuentos de la marca. El siguiente salto es el Boost Urban Edition, con un precio de 30.280 euros, también con los descuentos de la marca. En el último trimestre de este año llegar la versión Comfort, con 420 kilómetros de autonomía, y un precio de 37.500 euros. Hay que tener en cuenta, que en estos precios no está incluido el Plan Moves, que de momento no está activo, y que podría suponer un descuento adicional de hasta siete mil euros.