Citroën Berlingo, una gama completa y electrificada para satisfacer cualquier necesidad
Un modelo no vende más de tres millones de unidades en todo el mundo por casualidad. Para conseguirlo, el vehículo debe haberse adaptado durante años a las exigencias del mercado y las necesidades de los conductores, erigiéndose siempre como un referente en su segmento. Son muy pocos los vehículos que han alcanzado este estatus y, sin ninguna duda, el Citroën Berlingo está entre ellos.
Afrontar la electrificación ha sido y sigue siendo un reto mayúsculo para todas las marcas, pero especialmente para los fabricantes que, además de turismos, comercializan otro tipo de vehículos, como el mismo Berlingo, una de las furgonetas más populares del mundo. Aun así, Citroën no solo ha electrificado al Berlingo para colocarlo, de nuevo, en lo más alto del segmento de los comerciales eléctricos, sino que además ha apostado firmemente por su versión eléctrica, llamada ë-Berlingo, hasta el punto de convertirla en la única opción para el mercado de particulares, dejando en la gama Berlingo Van, con homologación N1 para compradores profesionales, los motores térmicos.
Desde su llegada en 1996, Citroën ha apostado por la planta de Vigo, ahora Stellantis Vigo, para la producción del Berlingo, desde donde se ha exportado al resto del mundo. Con la llegada del ë-Berlingo, la apuesta por la fábrica gallega se mantiene. Ni los cambios en digitalización, ni en diseño o en la misma propulsión han cambiado los planes de la marca, colocando a la factoría española entre las más importantes del grupo en Europa.
Perfecto para particulares y profesionales
Sin duda, entre los aspectos más destacados del Berlingo, como en todos los Citroën, están el diseño, el confort y la practicidad. Transformada en 2018 y renovada varias veces desde entonces, la furgoneta más vendida de Citroën presenta un diseño único que la diferencia de sus competidores. Aspectos como la firma lumínica a dos alturas, los grupos ópticos LED integrados en los extremos del doble chevrón de la marca, el borde redondeado de los faros antiniebla o los Airbump lo alinean con el lenguaje estético de la compañía francesa al mismo tiempo que forman una imagen moderna y juvenil. Esta imagen desenfadada rompe con la norma en un segmento que, normalmente, siempre ha sacrificado el diseño en favor de otros aspectos.
Aspectos, que, por suerte, el Berlingo tampoco descuida. En su versión para particulares, con cinco o siete plazas disponibles, el ë-Berlingo destaca por su modularidad excepcional, con tres asientos abatibles individuales en las plazas traseras. De este modo, la longitud de carga puede alcanzar hasta los 2,70 metros, o los 3,05 metros para la talla XL de la variante profesional Berlingo Van, dejando una capacidad mínima en el maletero de 750 litros. Este diseño inteligente garantiza además una excelente accesibilidad en la parte trasera con, según la versión, portón, puertas batientes, puertas laterales deslizantes (Berlingo Van) y múltiples hechos para guardar objetos. En total, su carga útil alcanza los 1.000 kilos, 800 kilos en el caso del ë-Berlingo Van.
Todo, sin olvidarse del confort, una máxima innegociable para la compañía francesa, virtud que consigue a través del programa Citroën Advanced Comfort. Este propone un habitáculo diseñado con materiales agradables al tacto y una acústica suave que ofrezca un espacio interior suficiente para todos sus ocupantes. De hecho, el habitáculo ofrece hasta 28 huecos portaobjetos como la nueva generación del techo Modutop o la guantera Top Box.
Una gama adaptada a cada conductor
En España, el Citroën Berlingo se ofrece como ë-Berglingo, su versión eléctrica, o como Berlingo Van, su variante para profesionales. La opción disponible para particulares está disponible en una única talla, mientras que el Berlingo Van permite elegir entre la talla M o la XL, así como entre múltiples configuraciones en el habitáculo, como la cabina Extenso o la Doble Cabina.
Todas las versiones disponen de lo último en tecnologías de ayuda a la conducción con hasta 18 funciones como el control de crucero, el regulador de velocidad con función Stop, el asistente de descensos o el control de estabilidad de remolque, entre otros. En cuanto a la conectividad, este año han estrenado una nueva pantalla multimedia de ocho pulgadas en el acabado Shine y otra de cinco pulgadas monocromática en los acabados más básicos, Live y Feel. El sistema operativo permite la compatibilidad con los teléfonos móviles más habituales y el acabado Shine permite, como opción, equipar Head-Up Display y cámara con visión de 180 grados.
En cuanto a sus prestaciones, el ë-Berlingo dispone de un motor eléctrico sobre el eje delantero de 136 CV (100 kW) de potencia alimentado por una batería de 50 kWh de capacidad en todos sus acabados. Este propulsor le permite alcanzar una velocidad máxima de 135 kilómetros y ofrecer una autonomía de hasta 280 kilómetros, cifra que puede ascender en entornos urbanos.
Para las versiones térmicas, exclusivas del Berlingo Van, las opciones pasan por un motor BlueHDi diésel de 100 o 130 CV de potencia asociados a una caja de cambios manual de seis relaciones, estando disponible el cambio automático EAT8 de ocho velocidades para el motor más potente. Su consumo oscila entre los 5,7 litros cada 100 kilómetros del primer motor y los 6,1 litros del segundo con caja automática.
Con esta propuesta, Citroën aspira a seguir liderando el mercado de vehículos comerciales, tanto los que apuestan por la furgoneta como vehículo para el día a día, como para aquellos profesionales que buscan dar el salto a la electrificación o seguir apostando por la combustión para sus trabajos. El Citroën Berlingo Van parte desde los 19,970 euros y el ë-Berlingo desde los 33.219 euros.