Ford Anglia 105E: la historia del coche volador de Harry Potter
Cada 31 de enero se celebra el Día Internacional del Mago y qué mejor forma de celebrar este día que recordando a uno de los coches más mágicos de la historia del cine: el coche volador de Harry Potter. Hablamos nada más y nada menos que del Ford Anglia 105E, el que fue el primer coche de la escritora J. K. Rowling y todo un clásico de los años 60.
El Ford Anglia 105E aparece por primera vez en la segunda novela de J.K. Rowling y, por lo tanto, en la segunda película de esta saga mágica, titulada ‘Harry Potter y la Cámara Secreta’. Este fantástico coche, que tiene la capacidad de volar y de volverse invisible para pasar desapercibido entre los “muggles” (personas que carecen de cualquier tipo de habilidad mágica), hace su primera aparición cuando Fred, George y Ron Weasley acuden a rescatar a Harry de casa de sus tíos.
No obstante, lo volvemos a ver cuando Ron y Harry tienen que volver a Hogwarts para iniciar su segundo curso escolar. Ante la imposibilidad de cruzar el andén 9 y ¾ por culpa de Dobby, que lo selló, ambos jóvenes se ven obligados a utilizar el coche volador para llegar a la Escuela de Magia y Hechicería. Al aterrizar, el coche se avería y acaba chocando contra el Sauce Boxeador. Finalmente, el mítico Ford Anglia 105E, se adentra en el Bosque Prohibido, donde más adelante hace su última aparición para salvar a Ron, Harry y Fang (el perro de Hagrid) de las arañas de Aragog.
El Ford Anglia 105E de la célebre saga de Harry Potter es fácilmente reconocible por cualquier amante de la literatura y el cine, tanto por su silueta como por su color azul. De hecho, es uno de los coches más míticos del universo mágico. Pero, ¿cómo era realmente el Ford Anglia si le quitamos todos sus atributos mágicos?
El clásico Ford Anglia 105E, la versión que vemos en la película y de la que se utilizaron 14 unidades en el rodaje, es un vehículo británico que se fabricó desde 1959 hasta 1967. Sin embargo, éste no fue el único Anglia que salió al mercado, puesto que su primera versión se presentó en 1939.
El primer Anglia era un pequeño coche familiar (de dos puertas) fiable, robusto y económico que llegó para reemplazar al Ford 7Y. Era un vehículo con un diseño simple, típico de finales de la década de 1930, con un radiador vertical, una carrocería pintada en color negro y pocas características.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, su producción se vio interrumpida, aunque arrancó de nuevo con el fin del conflicto. Cabe destacar que Ford logró producir 55.807 unidades de este modelo hasta el año 1948, algo realmente sorprendente teniendo en cuenta el contexto de posguerra y las restricciones económicas que sacudían al mundo entero.
Durante su primera década de producción, el Anglia sufrió pocas modificaciones. Sin embargo, en 1949, se enfrentó a un cambio de imagen, especialmente en su frontal, para adaptarse al estilo de la década de 1940. También existió una versión del Anglia con cuatro puertas, denominado ‘Prefect’ que rápidamente se convirtió en el coche más barato de Reino Unido. Su velocidad máxima era de 92 kilómetros por hora y tardaba unos 38,3 segundos en acelerar de 0 a 80 km/h. Cabe destacar que entre 1949 y 1953, se vendieron un total de 108.878 unidades de este modelo.
En 1953, Ford lanzó al mercado el 100E, un coche totalmente nuevo que estuvo disponible como Anglia de dos puertas o Prefect de cuatro puertas. Era un coche muy pequeño con una distancia entre ejes de 2,2 metros y equipado con un motor de 36 CV de potencia que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 112 km/h. Este modelo cesó su producción en 1959 tras vender unas 345.841 unidades.
Pero, tras el lanzamiento del Ford Anglia 100E ¿qué paso con el modelo que antes se denominaba Anglia? Pues en 1953 pasó a denominarse Ford Popular y se promocionó como el coche más barato de la época.
La última versión del Ford Anglia se presentó el 30 de septiembre de 1959 bajo el nombre de Ford Anglia 105E. Este fue el modelo que se empleó en la película de Harry Potter. Su moderno diseño estaba claramente influenciado por los modelos estadounidenses de la época, con un frontal inclinado, unos faros prominentes y una ventana trasera inclinada hacia delante. Equipaba un motor de cuatro cilindros en línea de 997 cc que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora.
De todos los Anglia, el 105E fue el más popular. De hecho, en sus ocho años de vida útil, Ford logró vender un total de 1.594.486 unidades de este modelo. Su producción cesó en noviembre de 1967 y al año siguiente fue reemplazado por el Ford Escort Mk 1. Sí, ha pasado muchísimo tiempo desde que dejó de producirse, pero nosotros siempre lo recordaremos por ser el mítico coche volador de la familia Weasley que ayudó a Harry y a Ron a regresar a Hogwarts en una escena inolvidable para todos los ‘potterhead’.