Historia de una rivalidad total: Ford Mustang contra Chevrolet Camaro
La rivalidad entre Ford y Chevrolet en Estados Unidos es el equivalente en la automoción a la de los Celtics y los Lakers o, para hacer un simil europeo, a la del Barça y el Madrid. Como los equipos citados, los jugadores, en este caso los coches, van cambiando cada temporada debido a la rápida evolución de la tecnología y hoy muchos modelos no tienen nada que ver con sus predecesores.
Esto es así pero hay una excepción, el mejor jugador de cada equipo, los coches que representan ambas marcas y que llevan batallando más de cuatro décadas: el Ford Mustang y el Chevrolet Camaro. Los dos máximos exponentes del segmento americano llamado "Muscle Car", por su fuerza, dimensiones y potencia, son dos deportivos enormes de tracción trasera que han estado peleando por el trono continuamente desde 1967. Ambos modelos son tan emblemáticos que han sido protagonistas de películas, son símbolo del país norteamericano y fueron, durante un tiempo, los coches favoritos para disputar carreras callejeras en Estados Unidos.
Nacen dos iconos
En la primera mitad de los años 60, Ford decidió producir un coche deportivo barato para atraer al comprador joven. Lee Iacocca, empresario estadounidense trabajador de la marca por aquel entonces, decidió reestilizar el Ford Falcon y darle el nombre de una famoso avión de la Segunda Guerra Mundial. El Mustang fue presentado al mundo en la Feria Mundial de Nueva York el 17 de abril de 1964 como una alternativa más pequeña y barata de los tradicionales Muscle cars.El coche tuvo un éxito incuantificable y sus ventas se dispararon. Con el Mustang, Ford había creado un nuevo segmento: un coche deportivo, más pequeño que el típico Muscle car, de cuatro plazas al que pronto se le empezó a llamar 'Pony car'.
Obviamente, sus competidores no se podían quedar de brazos cruzados y General Motors no estaba dispuesta a permitir que Ford tuviera todo el segmento para explotar. Rápidamente, en 1967, Chevrolet lanzó otro Pony car bautizado como Camaro. Ambos vehículos eran los rivales perfectos: eran muy espaciosos comparados con los coches de la época, se basaban en un estilo deportivo muy marcado y confiaron en motores V8 para atraer a los compradores. Era la fórmula perfecta para triunfar.
Años dorados
El Mustang y el Camaro aterrizaron en los concesionarios en la edad dorada de los Muscle cars y con su propuesta más asequible pero sin renunciar a la potencia reventaron el mercado. Era un buen momento en Estados Unidos para sacarse el carnet de conducir. El creador del Cobra, Carroll Shelby, pensaba que el Mustang no era un vehículo para hombres pero, sin embargo, Ford le convenció para trabajar con el modelo y terminar creando el Shelby Mustang GT500, modelo que sigue evolucionando en la actualidad.Chevrolet, por su parte, contratacó y lanzó el Camaro Super Sport (SS) con un motor de 5.735 cc en 1967. A diferencia de Ford, que se asoció con Shelby, Chevrolet se centró en desarrollar variantes superdeportivas del Camaro por su cuenta.
Para competir con el gran motor del Camaro SS, y para clasificarse para la NASCAR, Ford tuvo que poner un increíble motor de 7.000 cc en sus coches de producción. El resultado fue el Mustang Boss 429. De esta manera el vehículo de la firma del óvalo presentaba unas prestaciones inauditas.
Además, durante esa década ambos modelos compitieron frente a frente en la SCAA Trans-Am, un campeonato de velocidad disputado con gran turismos en Estados Unidos. Mientras las marcas competían en los concesionarios para ver quien vendía más, los coches decantaban la balanza en las pistas. Fue por aquel entonces cuando se popularizó un dicho por todo el país: "Win on Sunday, sell on Monday" o "Gana el domingo, vende el lunes".
Malos tiempos
A principios de los 70, una confluencia de nuevas normas de seguridad, la subida de las pólizas de seguro, que castigaron duramente a los vehículos con más prestaciones, y el embargo de petróleo árabe fueron el principio de una mala época para el Mustang y el Camaro. Los ciudadanos de Estados Unidos dejaron de ver el atractivo y la emoción de ambos modelos y sus ventas bajaron.Fue tan duro que Ford dejó de producir el Mustang con su plataforma tradicional y empezó utilizar una plataforma mucho más pequeña y barata, la plataforma Pinto. El modelo resultante fue el Mustang II con el que, acompañado del Cobra II y el King Cobra, coches sin ningún atractivo, la compañía intentó reconquistar al público, pero nadie mordió el anzuelo.
Para Chevrolet la cosa fue un poco mejor. La marca de General Motors lanzó un Camaro rediseñado con una plataforma especial para el modelo. Esta generación se mantuvo hasta 1981 con un poco, aunque escaso, más éxito que el Mustang II.