Nuevo Mazda6: sintonía perfecta entre coche y conductor
Si por algo se distinguen los Mazda es por su excepcional comportamiento, un aspecto que se lleva literalmente hasta la excelencia con la evolución del Mazda6. La berlina japonesa se actualizó el pasado año con un rediseñado exterior, un interior más elegante y refinado, tecnologías de vanguardia como el Apple Car Play y Android Auto, entre otras muchas y, como no, con mejoras estructurales para optimizar más si cabe su dinamismo.
Pese a que los avances estéticos y tecnológicos son muy notables, nos quedamos sin duda con la mejora del comportamiento del vehículo en carretera, no porque fuese un punto a optimizar con respecto a su predecesor, sino más bien por todo lo contrario. El mínimo margen de mejora que permitía el anterior Mazda6 obligaba a los ingenieros a realizar un trabajo tan preciso como minucioso para lograr un resultado satisfactorio.
Mazda ha mejorado las prestaciones de todas las motorizaciones Skyactiv, entre las que se encuentra el propulsor 2.2 Skyactiv-D que montaba la unidad de pruebas. A través de una nueva combustión rápida multietapa, o un nuevo sistema de reducción catalítica selectiva, se logra no sólo un mejor rendimiento de los 184 cv que entrega el propulsor, sino una optimizada eficiencia para reducir el consumo hasta los 5,1 l/100 km.
Este motor empuja desde muy bajo para tener una respuesta contundente en cualquiera de las seis marchas que ofrece su cambio de serie manual (opcionalmente se puede montar una caja de cambios automática de convertidor de par y 6 marchas) y lo hace además con un nivel de ruido y rumorosidad contenido, lo que redunda en la excepcional calidad de vida a bordo que se percibe en su lujoso y espacioso interior.
Comportamiento mejorado
Como comentábamos al inicio, si tuviésemos que destacar algo en la evolución de este nuevo Mazda6 sería sin lugar a dudas su comportamiento en carretera. La firma japonesa ha llevado al límite esa sintonía entre hombre y máquina que forma parte de su idiosincrasia. Al volante de esta berlina uno siente que cada gesto se transmite de forma directa y precisa al asfalto. Para lograrlo, el Mazda6 cuenta ahora con una mayor rigidez de la carrocería y modificaciones en la dirección y la suspensión. Ésta última ofrece un compromiso envidiable entre aplomo y confort.
Es capaz de filtrar las irregularidades del firme para que no se perciban en el habitáculo, a la vez que de forma sorprendente mantienen estable la carrocería incluso en las curvas y en las condiciones más exigentes. Esta dualidad beneficia el confort de marcha a la vez que potencia la confianza del conductor y por tanto el nivel de seguridad activa.
Mayor precisión
Otro aspecto notablemente mejorado es la dirección. Ésta es si cabe más directa y precisa que la de su predecesor, lo que una vez más se traduce en un mayor nivel de control y por tanto de confianza por parte del conductor. Resulta impresionante como el vehículo sigue la trazada marcada por el volante para pasar exactamente por donde quiere ir el conductor. Esta fidelidad es resultado directo de una rigidez extraordinaria de la carrocería como hemos comentado antes, y de un perfecto equilibrio de pesos en la configuración del vehículo. Gracias a ello y pese a sus generosas dimensiones (4.870 mm), el Mazda6 se mueve con todo el dinamismo de un vehículo de tamaño compacto.