Primera prueba del Mitsubishi L200 2019
Los pick-up son, posiblemente, los grandes desconocidos de los conductores españoles. Si hiciéramos una encuesta, la mayoría de ellos asociaría este tipo de vehículos a una actividad laboral, pero la verdad supera a la ficción, y en Mitsubishi lo tienen muy claro. Después de cuarenta años fabricando pick-ups, el fabricante japonés afronta la sexta generación del L200, un vehículo que es algo más que un tipo duro.
Totalmente rediseñado, el L200 incorpora nuevos materiales, aportando un diseño que ofrece mucha más robustez, mayor dinamismo y, por supuesto, mucha mayor estabilidad. Un vehículo que combina a la perfección la funcionalidad con la deportividad. Se nota que es el segundo modelo más vendido de Mitsubishi, puesto que se han esmerado al máximo para hacer un vehículo que se adapta a cualquier tipo de necesidad.
Exteriormente es muy diferente a su predecesor. Su capó se ha elevado 40 milímetros e incorpora nuevas luces led, tanto en los faros delanteros como en los traseros. Unos faros delanteros que también están más elevados, para que de esta forma haya una mayor protección y una mejor capacidad de vadeo. Las longitudes varían en función del acabado, pero van desde los 5214 milímetros hasta los 5305 milímetros. Ofrece una gran capacidad off-road con un ángulo de ataque de 30º y un ángulo de salida de 22º.
Incorpora un nuevo motor 220di-D diésel que ofrece una potencia de 150 cv, con una caja de cambios manual o automática,ambas de seis velocidades. Un propulsor que cumple la normativa Euro 6d-Temp y la WLTP, utilizando también Adblue para depurar los gases.
El Mitsubishi L200 responde a la perfección cuando rodamos en carreteras convencionales, pero en donde ofrece sus mejores maneras es cuando salimos de ellas y ponemos a prueba su nuevo modo de conducción off road. Incorpora el sistema Super Select 4WD-II, que permite al conductor elegir la configuración más adecuada, según el terreno y las condiciones de la conducción. Cuenta con un bloqueo de diferencial central que ofrece un gran rendimiento fuera de carretera, controlando al mismo tiempo la distribución del par entre la parte delantera y la trasera. Incorpora el nuevo control de descenso de pendientes, que nos permite una ayuda extra para pendientes excesivamente empinadas.Todo ello complementado con una gran cantidad de asistentes, que hacen nuestra conducción mucho más segura.
En lo que a precios se refiere, la gama profesional comienza en los 29.250 euros, mientras que la gama alta lo hace en los 36.100 euros.
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