Nuevo BMW X3: más grande y ambicioso
Más grande en todas sus cotas, el nuevo BMW X3 se convierte en el mayor de la categoría por encima de los Audi Q5 y Mercedes GLC; sus 4,76 metros de longitud por 1,92 de anchura y 1,66 de altura dibujan una atractiva silueta -las fotografías no le hacen justicia- muy robusta y musculosa que nos hacen pensar en un X5, más que en el X3 que en realidad es -lo mismo que en el recién renovado X1, fácil de confundir con el X3-.
Pese a su enorme y amenazante frontal, con mucha superficie plana -2,66 m2, y esta vez con las ‘falsas’ lamas vistosamente entrecruzadas- resulta muy aerodinámico con un Cx de 0,27 que contribuye tanto en prestaciones, como en consumo y silencio de marcha. Lateralmente y pese a su generoso tamaño, resulta estilizado, mientras que su trasera, como el frontal, es robusta y musculosa, con atractivos, estilizados y también muy grandes grupos ópticos.
Pasando al interior encontramos mucho espacio en sus cinco auténtica plazas y un maletero de 570 litros -excepto en el híbrido 30e xDrive que cede 110 litros a la batería, quedándose en 460- que, sin ser el mayor de la categoría, es realmente amplio y muy aprovechable. El nuevo cuadro de instrumentos, con las enormes pantallas curvadas -10,25 y 14,9 pulgadas- es una gozada por su tamaño, lo bien que se ve y la enorme cantidad de información e infoentretenimiento que ofrece. La consola central se simplifica, minimizando el mando del cambio -adiós palancas, adiós- y ofreciendo mucho espacio de almacenamiento. Por su parte, los asientos deportivos, son tan cómodos como atractivos.
Si la estética es completamente nueva, es en capitulo técnico dónde esta cuarta generación del X3 nos ha impresionado. Pese a utilizar la misma plataforma que su antecesor, el trabajo realizado por BMW en materia de suspensiones y dirección, por no hablar de la avanzada tecnología de sus motores, hacen de éste SUV un modelo completamente nuevo con una conducción mucho más precisa y un compromiso entre confort y efectividad realmente destacable. Gira de maravilla, sin apena balanceos, frena con contundencia y permite aprovechar el motor -M50 y sus casi 400 CV incluido- a fondo; todo esto con un silencio de marcha y un confort propio de sus hermanos mayores, lo que ya es mucho decir. Quizá ese excelente compromiso entre estabilidad y efectividad con confort de marcha sea la mejor virtud de éste nuevo X3.
Todas la versiones cuentan con el excelente cambio automático -convertidor de par, nada de doble embrague- de 8 velocidades suministrado por ZF y tracción total, igual que todas disponen de hibridación ligera 48 voltios y etiqueta ECO, a excepción del híbrido que lleva la CERO. Desde el lanzamiento, BMW propone un diésel de cuatro cidros 20d xDrive de 197 CV, un gasolina también de cuatro cilindros 20 xDrive de 208 CV, el híbrido enchufable 30e xDrive con 4 cilindros y 299 CV cuya batería de 19,7 kWh le autoriza una autonomía en modo 100% eléctrico de 90 km. Y el poderoso seis cilindros de gasolina M50 xDrive de 398 CV. Más adelante también se ofrecerá con un diésel de seis cilindros.
En cuanto a equipamientos y acabados, sólo cabe explicar que disponen de todo lo imaginable desde los primeros niveles, sin que ello impida una cantidad de extras y unas posibilidades de personalización -paquetes M incluidos- casi infinitas.
Los precios, como cabría esperar de un SUV premium de éste tamaño, no son precisamente accesibles, aunque si competitivos frente a sus cualificados competidores. Así, arrancan en los 63.100 euros del 20 xDrive, suben a los 64.900 euros del 20d xDrive, pasan por los 66.700 euros del híbrido 30e xDrive y llegan a los 89.000 euros del deportivo M50 xDrive.
En su presentación en Múnich tuvimos oportunidad de rodar tanto con el hibrido enchufable, como con el poderoso M50, como ya hemos dicho más arriba, ambos resultaron muy agradables y cómodos de conducir, con una nueva y muy precisa dirección asistida eléctrica y una elaborada suspensión que alcanza un excelente compromiso entre eficacia y confort, mientras que el híbrido resulta equilibrado, potente, rápido y divertido, el M50 es un ‘lobo’ con piel de ‘lobo’ -ahí están sus cuatro salidas de escape, sus faldones, sus enormes ruedas...- que anda una barbaridad y que resulta bastante diferente de sus hermanos, afortunadamente, frena estupendamente y goza de una impecable estabilidad sin renunciar -en esto si se parece al resto- a un elevado confort de marcha.