Probamos el Hyundai i30 N line 30 aniversario
Hyundai no podría estar en una mejor situación en su 30 aniversario en el mercado español. Con el Tucson siempre entre los modelos más vendidos, la firma surcoreana es siempre una de las primeras opciones de los compradores. El citado Tucson o el compacto i30 tienen gran parte de culpa y, por ello, la marca ha decidido añadir -también en el i10, i20 y Kona- un acabado exclusivo N line 30 aniversario para celebrar sus tres décadas en España. Una opción que, en la unidad probada, el i30, recomendamos encarecidamente.
Y lo hacemos porque añade detalles estéticos que no solo incrementan su atractivo, sino también la sensación de calidad general por un sobrecoste mínimo. De hecho, los 25.495 euros que cuesta lo colocan en la parte baja de la horquilla de precios del modelo, que arranca en los 21.870 euros. A cambio de esa cifra, el conductor recibe un vehículo muy equipado y de corte deportivo con un motor convincente.
Las principales novedades de esta versión N line 30 aniversario pasan por un diseño específico de la parrilla, luces diurnas triangulares a ambos lados, llantas de diseño deportivo de 16 pulgadas y una doble salida de escape, así como múltiples detalles en negro que contrastan con el color de la carrocería. Elementos que le sientan como un guante y que le aportan un toque gamberro muy llamativo.
En el interior, el volante deportivo de cuero perforado, la palanca de cambios N line y los asientos deportivos son suficiente para crear una sensación de calidad que perdura pese a estar rodeados de plástico duro. Esta versión mantiene un cuadro de instrumentos analógicos y la experiencia digital se queda en una pantalla táctil de ocho pulgadas para el sistema de infoentretenimiento, sin navegador en España, aunque compatible con Apple CarPlay y Android Auto para utilizar el del móvil. El sistema es sencillo y básico, pero muy fácil de usar.
Cómodo y efectivo
Pese a su aire deportivo, el motor elegido para esta versión, un T-GDI de 1.0 litro y 120 CV, está orientado al confort y a la eficiencia más que a la diversión. Peca de pereza a bajas vueltas y le cuesta recuperar con soltura en ciertas situaciones, obligando a reducir más velocidades de la cuenta para hacerlo. En conclusión, es muy suave. Una vez a velocidad de crucero, sin embargo, se convierte en un propulsor ideal, con un consumo que oscila entre los 5,5 y los 6,2 litros.
El ajuste de chasis es destacable, es realmente cómodo, pero no hay demasiada sensación de balanceo. Eso sí, está lejos de la estabilidad de sus hermanos N pero tampoco la busca. Prioriza el confort y se nota, aunque no le resta agilidad y capacidad para buscar cierta diversión en carreteras de curvas.
En resumidas cuentas, este i30 N line 30 aniversario es el coche ideal para aquellos que buscan un coche atractivo, muy equipado -dispone de climatizador bizona, lunas tintadas, arranque sin llave y todos los sistemas de seguridad activa de serie- y preparado para realizar largos viajes sin ningún problema por un precio no excesivamente alto.