¿Sabías que el Rolls-Royce Phantom III fue el primer ‘rolls’ con motor V12?
En 1936, Rolls-Royce presentó el Phantom III, una obra maestra que marcó el inicio de una nueva era en la industria automotriz al ser el primer modelo de la marca en incorporar un motor V12. Este innovador diseño se convirtió en un referente para todos los modelos de Rolls-Royce hasta la actualidad. Además, el Phantom III tiene una carga emocional especial, ya que fue el último diseño importante de Sir Henry Royce antes de su fallecimiento en 1933.
El Rolls-Royce Phantom III no solo destacó por su motor V12, sino también por sus avances en suspensión y chasis que consolidaron la reputación de la marca por su incomparable confort y rendimiento. Aunque la producción de este modelo cesó en 1939 debido a la Segunda Guerra Mundial, su impacto y la pregunta de qué podría haber sido persisten hasta hoy.
A principios de la década de 1930, Sir Henry Royce se dio cuenta de que los motores de seis cilindros en línea de gran potencia estaban alcanzando sus límites técnicos. Mientras los fabricantes estadounidenses ya producían autos de lujo con motores V8, V12 y hasta V16, Royce sabía que Rolls-Royce debía evolucionar para no quedarse atrás. Con su amplia experiencia en motores de aviación V12, Royce vio una oportunidad natural para desarrollar un motor V12 para el sucesor del Phantom II de 1929.
El nuevo motor V12 del Phantom III representó un avance significativo. Aunque tenía una capacidad ligeramente menor (7.3 litros frente a los 7.6 litros del motor del Phantom II), sus dimensiones más compactas permitieron un diseño de capó más corto y un compartimento de pasajeros más amplio. Esta configuración ofreció a los carroceros más flexibilidad en comparación con los chasis anteriores de Rolls-Royce.
Más allá de las mejoras en diseño, el nuevo motor proporcionó un incremento notable en la potencia, pasando de 120 CV en el Phantom II a 165 CV en su forma inicial, y alcanzando hasta 180 CV en versiones posteriores.
Innovaciones en el chasis y la suspensión
El Phantom III también fue pionero en incorporar suspensión delantera independiente, lo que mejoró significativamente el confort de marcha y el control de la dirección. Además, el equipo de Royce introdujo numerosas mejoras menores que, aunque imperceptibles para los propietarios y pasajeros, redujeron notablemente el ruido, la vibración y la dureza causados por superficies de carretera deficientes. Estas innovaciones hicieron del Phantom III uno de los autos más silenciosos y de conducción más suave de la década de 1930.
El primer chasis de producción del Phantom III, con una carrocería tipo salón construida por H. J. Mulliner, se entregó en agosto de 1936. En total, se produjeron 710 unidades antes de que Rolls-Royce suspendiera la fabricación de automóviles en 1939. El último Phantom III se vendió en junio de 1940.
Entre 1934 y 1937, se construyeron diez unidades experimentales del Phantom III bajo el nombre en clave Spectre, un nombre que hoy vive en el primer modelo totalmente eléctrico de la marca. Estas unidades sirvieron como base para desarrollar el motor V12 que se convertiría en un pilar de los futuros modelos de Rolls-Royce.
La Segunda Guerra Mundial tuvo un impacto significativo en la producción del Phantom III. Con la guerra en curso, la fabricación de automóviles de lujo quedó relegada a un segundo plano, y la empresa se centró en esfuerzos bélicos. Los directivos de Rolls-Royce sabían que, una vez restaurada la paz, el mercado sería muy diferente y que habría una menor demanda para automóviles tan opulentos. Así, a pesar de su brillantez técnica y su potencial para un mayor desarrollo, la producción del Phantom III finalizó, aunque su legado persiste en cada modelo V12 construido posteriormente.