¿Cómo serán las carreteras del futuro?
El sector del automóvil está cambiando a un ritmo acelerado. Esto se debe principalmente al desarrollo y a la introducción de sistemas y tecnologías más respetuosas con el medio ambiente. No obstante, en un futuro no sólo habrán cambiado los vehículos, sino que también se producirá una revolución en el mundo "asfáltico" al introducir en nuestras carreteras materiales más sostenibles y seguros.
Tal como explica David Losa en la Revista de Tráfico y Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico (DGT), la mayoría de las carreteras del mundo están hechas de asfalto, una mezcla de hidrocarburos y minerales o áridos cuyo componente principal es el betún, un subproducto del petróleo que se utiliza por su alta resistencia a la carga, adherencia e impermeabilidad. De este modo, cada año se producen más de 11.000 millones de toneladas de betún en Europa, dedicándose más del 90% de esa producción a la construcción de carreteras.
Otro material clave para los asfaltos del futuro es el plástico reciclado. El proyecto europeo Polymix, defiende la idea de aprovechar parte de la gran cantidad de plástico sobrante del planeta en las mezclas asfálticas, con tal de aligerar el uso de hidrocarburos. En palabras de Daniel Castro, director técnico del Grupo de Investigación de Tecnología de la Construcción de la Universidad de Cantabria y coordinador del proyecto Polymix: "Utilizando ciertos polímeros podemos reducir la cantidad de betún utilizado, mejorando además su eficiencia. Pensamos que sería rentable porque reduciría el consumo de betún virgen y además, las inversiones necesarias no deberían ser muy elevadas. Sin embargo, para que el proyecto fructifique es necesario trabajar más en la separación y caracterización de los plásticos reciclados y que las administraciones desarrollen una norma que respalde su empleo". De momento, los científicos han descubierto que algunos plásticos procedentes de ciertos envases, tapones o perchas son excelentes para las mezclas asfálticas, de hecho, superan en resistencia al betún.
Actualmente, existe un tramo de carretera con grafeno en un kilómetro de la Strada Provinciale Ardeatina, en Roma. Las pruebas realizadas sobre ese tramo muestran un aumento de la resistencia del 250%, en comparación con el asfalto convencional, y una mejora considerable de la eficiencia y la seguridad.
Por último, es posible que en un futuro las carreteras se arreglen solas. Y es que el Centro de Tecnología Repsol está investigando una técnica que incluye polímeros en las mezclas asfálticas, que se desplazan cuando se producen grietas, surcos o baches en el firme, reparándolas. Esto supondría un ahorro económico considerable y además, un impacto positivo para el medio ambiente.