Dados en el espejo: una horterada con una historia fascinante
Los dados de peluche colgando del retrovisor son adorno clásico que triunfó especialmente en los 80, y que ahora pueden volver a ponerse de moda con el regreso de las tendencias de estos años. Pero, ¿por qué este abalorio conquistó a los conductores de medio mundo? ¿Cuál es su origen? ¿Qué significado tiene? Nosotros te lo explicamos.
Este adorno, cutre y hortera para muchos, tiene en realidad un origen heroico e interesante, que se remonta no más ni menos que a la Segunda Guerra Mundial. En el conflicto bélico más afamado de la historia, EEUU perdía ni más ni menos que 170 aviones por día, por lo que ponerse a los mandos de los aeroplanos era sin duda una de las ocupaciones más arriesgadas dentro del ejército. Cada misión se convertía en una auténtica apuesta a vida o muerte, un juego de azar que los valientes pilotos simbolizaban depositando en el cuadro de instrumentos dos dados, a los que posicionaban de forma premeditada con el número ‘7’ hacia arriba para que les diera suerte.
Unos dados colgados del retrovisor significaban que ese coche pertenecía a un piloto dispuesto a retar a cualquier conductor, y representaban toda una cultura alternativa de los más bajos fondos de la sociedad norteamericana.
Esta moda murió cuando las autoridades decidieron que, por su gran volumen y vistosos colores, los dados podían reducir el campo de visión de los conductores, además de distraerlos, por lo que decidieron multar a todos aquellos conductores que llevasen este u otro adorno frente a ellos. Aunque no es un adorno, esto mismo sucede ahora con las mascarillas que nos protegen del coronavirus y que muchos al entrar en el coche cuelgan del espejo retrovisor. Si un guardia te pilla puede multarte con hasta 80 euros.