Este es el coche eléctrico más caro y rápido del mundo
La electrificación no sólo es ya una realidad en el mercado de los vehículos generalistas, sino que los motores eléctricos ya propulsan a los hiperdeportivos más exclusivos. Tanto es así que el coche eléctrico más caro del mundo cuesta lo mismo que un Bugati Chiron y un Ferrari LaFerrari juntos.
Si hace poco os mostrábamos el coche más largo del mundo, ahora le toca el turno al coche eléctrico más caro del planeta: el Aspark Owl. Se trata de un deportivo que cuesta nada menos que 3,6 millones de dólares. Esto lo posiciona por delante de coches como el Bugati Chiron, que se lanzó con un precio de 2,4 millones de euros, o del Ferrari LaFerrari, que costaba 1,3 millones de euros.
Además, el Owl es más exclusivo que estos rivales, puesto que la firma china ha limitado su producción a tan sólo 50 unidades, lo que hace que su precio de venta al público se revalorice todavía más, por lo que con el tiempo no sería de extrañar ver la reventa del coche eléctrico de Aspark rozando los 4 millones de dólares.
El coche eléctrico más rápido del mundo
Pero el Aspark Own no sólo es el vehículo más caro de su clase, sino que es además el coche eléctrico más rápido del mundo. El hyperdeportivo chino está propulsado por cuatro potentes motores que generan una potencia máxima de 2.012 CV, lo que unido a la entrega inmediata de 2.000 Nm de par motor, le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 1,69 segundos (Fórmula 1 lo hace en 2,5 segundos), y los 300 km/h en algo más de 10 segundos. Su velocidad máxima está limitada a 400 km/h.Los motores se alimentan de una batería de iones de litio con 64 kWh, que a ritmos ‘normales’ le otorga una autonomía máxima de unos 450 kilómetros, si bien Aspark ya está trabajando en una batería de mayor capacidad.
Las increíbles prestaciones del Aspark Owl, no sólo son consecuencia de sus potentes motores, sino también por su ligereza y aerodinámica. La carrocería y el chasis monocasco están hechos de fibra de carbono de una sola pieza, con una estructura El chasis tan sólo suma 120 kilos a los 1.900 que pesa todo el vehículo.
Pero la carrocería además de ligera es muy fluida, lo que permite reducir al máximo la resistencia al viento. Eso sí, cuando se precisa el coche puede ir literalmente pegado al asfalto, gracias a elementos aerodinámicos como el alerón trasero móvil que se despliega automáticamente cuando el coche sobrepasa los 150 km/h. Y para frenar al vehículo se cuenta con frenos de disco son carbonocerámicos, con pinzas de 10 pistones en la parte delantera y de 4 pistones en la trasera.
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