¿Puedo circular sin AdBlue?
En la búsqueda de una mayor eficiencia y sostenibilidad de los motores, la gran mayoría de fabricantes han optado por la introducción del AdBlue en sus propulsores diésel. Este elemento es clave para reducir las emisiones de óxido de nitrógeno, una de las partículas más nocivas de los vehículos de gasóleo y el motivo de su repentina criminalización. En resumen, este aditivo forma parte de nuestro parque automovilístico desde la entrada en vigor de la normativa Euro 6, pero todavía existen muchas dudas sobre él. ¿Cómo lo relleno?, ¿Se rompe el motor si se agota?, ¿Puedo circular sin AdBlue? Las respondemos en este artículo.
Lo primero que deberemos saber es que el AdBlue es una disolución de urea al 32,5% en agua, de hecho su nombre (AUS32) proviene de Aqueus Urea Solution. Pese a los mitos sobre su parecido con la orina humana (el pis), no sol no mismo pese a tener la urea como componente común.
Su funcionamiento es el siguiente: el AdBlue se inyecta en el tubo de escape y a través de una reacción química por el calor, transforma las partículas de NOx en nitrógeno (N2) y vapor de agua (H2O). Sumado al sistema anticontaminación de un coche diésel, consigue reducir los NOx en un 70-95%, motivo por el que los modelos actuales emiten mucho menos que los antiguos.
Supone un repostaje más, está claro, pero su consumo es ínfimo y su precio también es mucho más económico que los combustibles, con un precio medio de 0,60 euros por litro repostado. El diésel actual puede tener un depósito AdBlue adyacente de unos diez a veinte litros, de modo que se calcula una media de 20.000 kilómetros por rellenado, tal y como os explicamos en este artículo.
¿Qué sucede si me quedo sin AdBlue?
Muchos fabricantes hacen coincidir sus periodos de revisión con el repostaje de AdBlue, pero, si su consumo es mayor o el depósito es pequeño, nos saltará un aviso. Efectivamente, este aditivo no se acaba sin más, primero te aparecerá un indicador en el ordenador de AdBlue. Además, esta señal suele aparecer con 2.000 km de reserva, un margen suficiente para encontrar una gasolinera y poder repostar.
Si estos avisos no han sido suficientes, y no hacemos caso de las advertencias, el AdBlue se agotará. Tranquilo, el motor no fallará o se romperá. Eso sí, el modelo en concreto ha pasado unas homologaciones, como la normativa Euro 6, para poder circular en Europa y lo ha hecho con el AdBlue presente. Circular con él es incumplir la normativa y, por tanto, estás fuera de la homologación. Si los agentes comprueban el depósito, y ven que está completamente agotado, pueden multarte.
¿Qué significa esto?
El motor, como tal, no se apagará mientras estés circulando, por seguridad para ti y el resto de usuarios de la vía. Eso sí, notarás como su potencia se reduce y la entrega de potencia cambia por completo. Algunas marcas le llaman modo “a prueba de fallos” o modo “fallo motor” sin que signifique que hayas causado una avería, como si podría llegar a suceder si circulas sin combustible. En el momento que lo apagues, es posible que no vuelva a arrancar hasta que le añadas el AdBlue necesario.
El proceso de repostaje lo puedes realizar en muchas gasolineras (no todas), o caer en la cuenta cuando el coche tenga que pasar por el taller. Lo más común será el primer caso. Para repostar, primero tendrás que encontrar la boquilla de llenado, que suele estar junto al depósito de combustible y su tapa pequeña es de color azul. El proceso es idéntico al de la gasolina o el diésel, pero con una boquilla adicional, que los fabricantes suelen colocar en el maletero, vano motor o junto a la rueda de repuesto.