Cruzar España en coche eléctrico es posible: Barcelona-Vigo en tres paradas
El cambio del vehículo de combustión por el eléctrico es indispensable. Pero las trabas existentes de precio de los coches y la infraestructura de puntos de recarga suelen ser los frenos que acaban con el desestimiento del usuario y la dilatación del proceso de cambio de mentalidad para pasar al coche 100% eléctrico.
Los fabricantes, las administraciones y las compañías energéticas trabajan codo con codo para intentar solventar el punto de la infraestructua, llegando a acuerdos y a ventajas para los usuarios que apuesten por dar el salto. La idea de que el coche eléctrico es un problema para desplazarse a largas distancias no deja de ser falsa.
Varios cargadores
Sí es cierto que recargar un coche eléctrico, a no ser que se haga con un supercargador de 350 kW, es una tarea lenta que supone unas medias de entre 20 minutos y dos horas (empleando cargadores ‘rápidos’ de entre 50 y 150 kW) por cada parada. Unos tiempos que parecen muy largos en comparación de los 5-10 minutos que supone repostar un coche de combustión. No obstante, gracias al uso de las aplicaciones para la recarga (hay más de 20 disponibles en España) y a la proliferación de estaciones de recarga (aún no son suficientes pero van subiendo) es posible cruzar el país de este a oeste con solo tres paradas.
La distancia entre Barcelona y Vigo, pasando por Madrid, es de 1.236 kilómetros, un trayecto que en un vehículo equipado con motor térmico nos puede llevar unas 14 horas, aproximadamente, con dos paradas para repostar carburante y comer. Hay una ruta más directa, pero pasamos por Madrid para parar en uno de los puntos de recarga ultrarrápidos que hay actualmente en España. En función del vehículo pueden ser hasta tres paradas (cada 415 kilómetros).
En coche eléctrico ese mismo recorrido es posible que nos lleve algo más de tiempo, sobre todo porque las paradas duran más y porque tenemos que encontrar un punto de recarga que esté en buenas condiciones de uso y que no haya cola para cargar. Si hacemos como antaño y queremos planificar el recorrido, podemos recurrir a las apps de las empresas energéticas o del propio fabricante del coche.
Para estimar el tiempo de recarga de un coche eléctrico basta con dividir la capacidad de la batería entre la potencia del cargador. Por ejemplo, si queremos cargar una batería de 50 kWh con un cargador doméstico de 3,6 kW, necesitaremos unas 14 horas. Mientras que una batería de 100 kWh conectada a un punto de carga ultrarrápida de 150 kW necesitará 25 minutos, siempre y cuando la carga no haya bajado del 20% y no se quiera superar el 80%.
Tiempo de ‘repostaje’
En nuestro caso, trazar los 1.236 kilómetros hasta Vigo usando una app de una empresa energética como Iberdrola nos puede suponer esas cuatro paradas. Aseguraremos los 310 kilómetros por cada parada para no quedarnos ‘secos’. No obstante, si nos ponemos al volante de un Cupra Born con batería de 77 kWh, podremos apurar un poco más entre cada repostaje. La autonomía que la marca anuncia es de más de casi 550 kilómetros, aunque salvando un porcentaje de ‘exageración’ propio de los departamentos de márketing, podríamos hacer ese recorrido Barcelona-Vigo también con tres paradas.
Usando la app de Iberdrola, una de las más completas, es posible realizar ese trayecto eligiendo puntos específicos. Su apuesta usando energía renovable en puntos rápidos nos permitirá recargar la mayor parte de la batería en un tiempo de entre 30 y 70 minutos y, en los puntos ultrarrápidos, entre 5 y 10 minutos (aunque en nuestro caso solo usaremos uno, cerca de Madrid). En el mapa de la app aparecen todos los cargadores, sean o no de Iberdrola, y podemos realizar la búsqueda del punto de recarga filtrando por tipo de conector y potencia de carga. El icono ‘Cargador cerca’ nos lleva directamente al punto de recarga Iberdrola más próximo a nuestra posición.
Menos euros, más horas
La compañía ofrece diferentes planes de recarga, pero con el estándard cada kilowatio sale a 0,45 euros en los cargadores de 50 kW y 0,39 euros en los de 22 kW (más lentos). En nuestro viaje a Vigo el coste aproximado sería de unos 80-90 euros de electricidad (consumo del vehículo de 15,8 kW/100 kilómetros, que puede ser un 10% superior al circular por autopistas) mientras que con un modelo de combustión (Seat León 1.5 TSi de gasolina) sería de unos 140 euros. Eso con el ‘reglamento en la mano’, es decir, con las cifras medias ofrecidas por el fabricante. En la realidad, con más aceleración y con autopistas de por medio, ese coste subiría algo más, unos 110 euros en eléctrico y a 190 euros en coche de combustión.
Eso sí, con coche eléctrico deberíamos sumar unas dos horas y media de tiempo de recarga en total a las 14 horas de trayecto sin paradas, entre 15 minutos y una hora y media por repostaje, cargando la batería en cargadores de 50 kW (Zaragoza y Orense) y uno de 350 kW en Madrid.
Hay otras propuestas para localizar los puntos de recarga y realizar la operación, incluyendo el pago. EndesaX, Acciona y Electromaps están también entre las más completas en este aspecto. Google Maps también es buena indicando los puntos de recarga y los precios de la misma.
Desgraciadamente, en España, no es posible pagar la recarga de un vehículo eléctrico directamente con tarjeta de crédito y todos los ‘repostajes’ deben pasar por una de las múltiples plataformas existentes. En Portugal, por ejemplo, ese pago por ‘ventanilla única’ sí es posible.
A tener en cuenta también otro aspecto, como es el de los puntos de recarga públicos averiados. En el último barómetro de electromovilidad de Anfac (Asociación de Fabricantes de Automóviles y Camiones), en 2022 en España había unos 6.700 puntos fuera de servicio.