El Fiat 500 Eléctrico puede recargarse mientras rueda como si fuese un coche de Scalextric
La falta de infraestructura de recarga, los tiempos de carga y la autonomía limitada son los principales inconvenientes del coche eléctrico. Tres hándicaps a los que pone solución la Arena del Futuro, una pista de pruebas en la que se está desarrollando un sistema de recargar inalámbrico para que los BEV recarguen sus baterías mientras están en circulación. Podríamos decir que es como una pista de slot a tamaño real, pero sin la necesidad de que las escobillas del coche esté en contacto con los hierros de la pista, por lo que la autonomía de un coche como el Fiat 500 Eléctrico es ilimitada en este trazado.
La Arena del Futuro es un proyecto fruto de la colaboración entre Stellantis y A35 Brebemi, una empresa filial del grupo mexicano Aleatica, varias universidades, centros de investigación y organismos públicos italianos. Se trata de un innovador circuito de pruebas de 1.050 metros de longitud, considerado como uno de los 100 Mejores Inventos del Año 2021 por la revista Time, que recurre a la tecnología de la transferencia inalámbrica de energía, también conocida por sus siglas en inglés, DWPT. Un sistema de bobinas bajo el asfalto, alimentados por una potencia eléctrica de 1 MW, proporcionan la energía suficiente para alimentar la batería de todo tipo de vehículos, desde turismos, como el Fiat 500 Eléctrico, hasta autobuses o camiones. No se necesitan cables ni detenerse ante una estación de carga: un simple receptor basta.
El desarrollo de esta tecnología está siendo muy esperanzador, ya que en los rangos de velocidad en los que se circula habitualmente por autopista, el 500 Eléctrico recibe sin problemas la electricidad desde la carretera, y de una forma suficientemente continua y potente como para no consumir electricidad de su propia batería durante el trayecto, por lo que la autonomía es ilimitada en este trazado. Además, las mediciones de intensidad del campo magnético han demuestran que esta tecnología no tiene un impacto negativo en la salud del conductor y sus pasajeros.
La energía que empleas la Arena del Futuro proviene de fuentes renovables, y se transmite en forma de corriente continua (CC) de forma inalámbrica, mediante una instalación subterránea de bobinas y cables aluminio, más delgados, ligeros y fáciles de reciclar que los de cobre. Se trata todavía de una prueba piloto, que está lejos de poder implantarse de manera efectiva en carreteras reales, pero su llegada junto a innovaciones como el 5G, el Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial, abrirá un mundo de posibilidades de intercambio de información entre los vehículos y las infraestructuras que también se podría aplicar a puertos, aeropuertos y aparcamientos públicos.