El eje Madrid-Valencia reclama más puntos de recarga eléctricos para ser un corredor verde
La gigafactoría de Sagunto ha abierto una veda para atraer más inversiones extranjeras en la Comunidad Valenciana, y si es posible, también en el eje que conecta la comunidad autónoma con Madrid. Para conseguir que las multinacionales se interesen por esta conexión, antes es necesario adaptar la infraestructura. Y una de las debilidades que presenta este eje es la falta de puntos de recarga. Los empresarios reclaman mayor agilidad en el despliegue de la red de puntos de recarga entre Madrid y Valencia para acelerar la descarbonización del transporte, tanto de pasajeros como de mercancías, y así conseguir la ansiada etiqueta de corredor verde solicitada por las compañías extranjeras. “El corredor Madrid-Valencia debería tomarse muy en serio ser un corredor verde porque nos lo van a pedir cada vez más”, ha subrayado el presidente del Puerto de Valencia, Aurelio Martínez, durante su intervención en la I Cumbre Empresarial Madrid-Comunitat Valenciana.
España contaba con 10.480 cargadores a finales de 2021, una cifra que supone un 3,4% del total de la red de recarga europea. De ellos, solo 10 puntos de alta potencia se encuentran en la Autovía del Mediterráneo que conecta Valencia con Madrid. Para alcanzar el objetivo marcado por la Unión Europea de tener un cargador cada 60 kilómetros de cara al 2026, “hay que multiplicar por 10 el ritmo de despliegue actual”, ha remarcado la presidenta de la Comisión Logística de Transporte de la CEV, Yolanda Atienzar, ya que actualmente España cuenta con menos del 1% de los puntos que debería tener en 2030. El Gobierno ha planteado una inversión de 1.650 millones para instalar 598 electrolineras en las carreteras españolas.
“La red eléctrica está en disposición para desplegar puntos de recarga”, ha recordado la presidenta de AELEC, Marina Serrano. “Si la solución es el vehículo eléctrico, debería llegar a todas partes del territorio”, ha añadido, de manera que desde la asociación reclaman una regulación para poder establecer estos cargadores. Y tal y como ha afirmado el presidente de Ford España, Jesús Alonso, “en dos años habrá más oferta de vehículos eléctricos en Europa que de otro tipo”, de ahí la necesidad de seguir el ejemplo de países como Noruega, donde los cargadores están sustituyendo los surtidores en las gasolineras.
“No puede ser que tengamos más de 50 tramos de autopistas sin puntos de recarga rápida”, ha subrayado, aunque se muestra optimista: “Dentro de 10 años todos los puntos de aparcamiento tendrán un punto de recarga”. Eso sí, además de la infraestructura y la oferta, también es necesario que los consumidores opten por estos vehículos, ya que el 86% de la demanda es de particulares. Por esta razón, desde AELEC estiman una inversión anual de 1.100 a 2.000 millones de euros para incentivar la compra de vehículos eléctricos en España.
El ferrocarril, solución sostenible
La etiqueta de corredor verde daría más valor a un eje que estará conectado al Corredor Mediterráneo que ya supone el 30% del PIB español, pero en el que la sostenibilidad aún se queda corta a pesar de los esfuerzos de las empresas por reducir sus emisiones. “En este momento hay flotas eléctricas que están paradas en los garajes porque no hay puntos de recarga”, ha especificado el presidente de la patronal logística UNO, Francisco Aranda. Por esta razón, una de las soluciones es subir los camiones a los trenes, una alternativa que entrará en vigor en el segundo trimestre de 2023 en forma de autopista ferroviaria entre Madrid y el Puerto de Valencia.
Sin embargo, los trenes tienen dificultades para canalizar el trasvase de la demanda proveniente de la carretera. “El ferrocarril predomina en el ámbito de los pasajeros sobre todo por el impulso del AVE”, ha apuntado el director de investigación del IVIE y catedrático emérito de la Universitat de València, Francisco Pérez.
Aunque el uso de los trenes para las mercancías se sitúa en el 4% en España para mercancías, lo cierto es que la mayor parte del tráfico ferroportuario se concentra en el eje Madrid-Comunidad Valencia, ya que el Puerto de Valencia “es el puerto de Madrid”, según ha recordado Martínez. En concreto, el 91% de los contenedores manipulados en el puerto seco de Madrid tienen origen en el de Valencia y hasta 8,8 millones de toneladas transcurrieron por el corredor de mercancías entre las dos autonomías en 2017, según datos aportados por la Fundación Conexia.
Esta es la razón por la que Aranda ha señalado la posible saturación que puede sufrir la conexión en el corto plazo porque las vías entre ambas comunidades se comparten entre viajeros y mercancías. “Tenemos mucho margen de crecimiento en el eje”, ha afirmado. Asimismo, “la intermodalidad es el arma” para emitir menos emisiones, tal y como apunta el presidente de Iryo y Air Nostrum, Carlos Bertomeu. Si se mejoran las conexiones en los dos ámbitos, así como la colaboración entre todos los modos de transporte, las multinacionales se interesarán por este corredor. “Las empresas apuestan por los corredores verdes y al final se tenderá a discriminar entre quienes lo hagan y los que no”, ha manifestado el vicepresidente de Vectalia, Antonio Arias.