El Parlamento Europeo también se inclina por retrasar la norma sobre emisiones de los coches
La nueva normativa llamada a actualizar las emisiones contaminantes de los vehículos a motor -coches, autobuses y camiones- sigue superando etapas. Tras el acuerdo político cerrado hace tres semanas por los ministros de industria de la UE para proteger la industria europea del motor -rebajando la ambición de la propuesta original de la Comisión Europea sobre la normativa ‘Euro 7’- este jueves ha sido la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo quien ha adoptado su posición con el apoyo de populares, ultraconservadores y liberales y el voto en contra de socialistas, verdes e izquierda.
Al igual que los gobiernos europeos, una mayoría de eurodiputados se inclina por suavizar la norma propuesta por la Comisión Europea con el fin de proteger a la industria automovilística europea, e incluso van más allá: el texto adoptado este jueves por la comisión parlamentaria de Medio Ambiente plantea retrasar la entrada en vigor de la nueva normativa ‘Euro 7’ y propone que las normas de emisiones actualmente en vigor (‘Euro 6’) -menos exigentes desde un punto de vista medioambiental- se sigan aplicando hasta el 1 de julio de 2030 para turismos y furgonetas, y el 1 de julio de 2031 para autobuses y camiones.
Según la propuesta de la Comisión Europea, la nueva regulación medioambiental ‘Euro 7’ debería entrar en vigor mucho antes: en 2025 y 2027 en cada uno de los dos casos. El acuerdo posterior de los ministros de Industria apuesta por retrasar dos años la entrada en vigor del recorte de emisiones tanto para los coches (hasta 2027) como para los camiones (hasta 2029). Ahora, el acuerdo parlamentario lo lleva más lejos: hasta 2030 y 2031 respectivamente.
El informe de la Eurocámara, que una vez acordado con los gobiernos servirá para actualizar los límites de emisiones de particulas y óxido de nitrógeno, ha recibido 52 votos a favor, 32 en contra y 1 abstención.
Antes de fin de año
No obstante, nada es definitivo aún. El texto de la comisión parlamentaria de Medio Ambiente debe ser sometido aún a la votación del pleno del Parlamento Europeo.
Una vez que el pleno apruebe el texto, en la sesión plenaria de noviembre, podrán comenzar las negociaciones interinstitucionales para cerrar un acuerdo definitivo entre el Consejo (gobiernos europeos) y la Eurocámara. “Espero llegar a un acuerdo final que permita aprobar Euro 7 durante la Presidencia española del Consejo, antes de fin de año, o que al menos queden solo los últimos flecos. Sería una pena empezar 2024 con la negociación todavía pendiente porque, tras la nuestra, será Bélgica quien ostente la presidencia del Consejo de la UE, un país que tiene mucho menor interés en defender la industria de la automoción”, ha explicado la eurodiputada de Ciudadanos y ponente en la sombra, Susana Solis, que considera que el documento que sale de la comisión de medio ambiente es “ambicioso en lo medioambiental” y “realista para la industria europea y el empleo”.
“La propuesta que nos llegó de la Comisión era inviable y hubiera provocado el cierre de buena parte de las plantas de vehículos pequeños de combustión que tenemos en España. Nuestro trabajo reduce emisiones, pero con medidas racionales: legislamos en tecnologías duraderas, no obsoletas, para que la industria siga invirtiendo en su transformación hacia el vehículo eléctrico”, ha explicado.
El acuerdo preliminar de los eurodiputados ha sido recibido positivamente por la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) porque refleja mejor las preocupaciones de la industria especto a la propuesta inicial de la Comisión Europea, aunque todavía reclaman más mejoras porque “se queda corta” en aspectos clave. “Llevamos mucho tiempo abogando por objetivos ‘Euro 7’ y condiciones de prueba que no hagan que los vehículos sean inasequibles ni pongan en peligro la competitividad de la industria, con un beneficio ambiental mínimo o nulo”, ha dicho el director deneral de ACEA, Sigrid de Vries.
Rechazo de socialistas y verdes
La principal novedad de la propuesta es que, por primera vez, establece límites de emisiones para neumáticos y frenos y regula la durabilidad de las baterías, aunque mantiene sin cambios las condiciones de prueba de la ‘Euro 6’ para los vehículos con el fin de evitar que la industria tenga que acometer inversiones adicionales en motores de combustión cuando a partir de 2035 estarán prohibidos.
“El acuerdo en el Parlamento Europeo no es digno de ser etiquetado como ‘Euro 7’. Ofrece sólo mejoras menores a las regulaciones actuales, que no mejorarán significativamente la calidad del aire”, ha lamentado la negociadora de los socialistas, Christel Schaldemose. “La izquierda verde socialista ha sido derrotada. Como resultado mantendremos la asequilidad de los automóviles con motores de combustión interna y mantendremos a la gente trabajando en la industria del automovil”, ha celebrado por su parte el conservador checo y ponente del informe Alexandr Vondra, miembro del grupo Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que considera que otro resultado hubiera puesto en peligro una de las principales industrias en la UE.
Respaldo conservador y liberal
Su informe ha recibido el respaldo del grupo liberal de Renew y el PPE. “Los Verdes y los Socialistas en el Parlamento Europeo habían presionado con éxito para que se prohibieran los nuevos automóviles con motor de combustión para 2035. Ahora, con las normas ‘Euro 7’, quieren obligar a los fabricantes de automóviles a invertir nuevamente en motores de combustión. Es una tontería, hace subir el precio de los coches y dirige las inversiones hacia tecnologías que pronto serán prohibidas”, ha recordado el negociador del PPE, Jens Gieseke, sobre los motivos del voto en contra de los populares. En cambio, la postura aprobada por la comisión de medio anmbiente “garantizará una mejora de la calidad del aire y dará oxígeno a la industria”.