España suspende en movilidad eléctrica y se sitúa a la cola de Europa
España vuelve a suspender en movilidad eléctrica. Según el último Barómetro de la Electromovilidad de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), el país sigue alejándose de los países europeos en el indicador global de electromovilidad -que valora la penetración de los coches electrificados en el mercado y el despliegue de la infraestructura de carga pública-. Según sus conclusiones, España mejora en 1,4 puntos sobre 100 hasta los 13,3, lejos de la media europea, situada en 28,1 puntos.
El barómetro de Anfac aporta una nota sobre a todos los países de Europa en base a los aspectos antes mencionados y comparándolos con unos objetivos establecidos según las normativas comunitarios. De hecho, el último barómetro publicado, relativo al primer trimestre, actualiza estos objetivos para alinearlos con la voluntad de la Comisión Europea de reducir en un 37,5% las emisiones de CO2 de los turismos en 2030 respecto a 2021. Según estos planes, España debería tener un parque de tres millones de turismos electrificados para 2030.
Entre los nuevos objetivos para 2030 están alcanzar este parque de coches electrificados -contando únicamente eléctricos e híbridos enchufables- en una proporción del 70-30 para los eléctricos. Además, se necesitarían 10,3 puntos de carga públicos por cada 1.000 personas en edad motorizable, el 10% de los cuales deben ser rápidos con potencias superiores a los 50 kW.
Muy lejos de los objetivos
Esta nota de 13,3 sobre 100 para España es un reflejo de lo lenta que está siendo la penetración del vehículo enchufable en el mercado, por su precio, por el complicado contexto internacional de escasez de chips y por la escasez de cargadores. No obstante, es una nota que no debería sorprendernos. Según Anfac para ir en línea con los objetivos este 2022 España debería cerrar con 45.000 cargadores públicos y con 120.000 matriculaciones de coches enchufables. Al cierre del primer trimestre había apenas 14.244 cargadores y solo se habían vendido 17.704 coches de este tipo.Es por eso que España alcanza una valoración de 21,7 puntos sobre 100 en cuanto a penetración del coche enchufable en el mercado, dos puntos más que en el trimestre anterior. La media europea en este campo se sitúa en los 46,3 puntos con países como Alemania (72,4), los Países Bajos (71,8) o Francia (50,8), destacando en este aspecto. Noruega es el líder indiscutible con una nota de 228,8 sobre 100 en este campo ya que hace años que se venden más eléctricos que coches de combustión en el país escandinavo.
En cuanto al despliegue de cargadores, la nota es todavía peor, con apenas 4,8 puntos sobre 100, lo que supone mejorar en siete puntos. La UE, por su parte, tampoco está para tirar cohetes con una puntuación media de 9,8 puntos. Noruega vuelve a ser el líder, con 114 puntos, pero hay que bajar hasta los 47 puntos para encontrar al segundo, los Países Bajos, y hasta los 12,9 para llegar a Alemania, el tercero. Según Anfac, Catalunya, con 8,9 puntos, es la comunidad autónoma con mayor infraestructura de carga, seguida de Castilla y León (7,4) y Navarra (6,4). Madrid, la mejor región en cuanto al mercado (36,4) es de las peores en cuanto a cargadores con apenas 3,7 puntos.
Anfac insiste que aunque los puntos de carga en España han crecido, los cargadores lentos, de menos de 22 kW de potencia, siguen representando el 85% de la red pública, lo que provoca que sea muy difícil realizar viajes largos con coches eléctricos. Además, destaca que el 88% de los puntos de carga rápidos de más de 250 kW responden a proyectos vinculados a los fabricantes y pide más esfuerzos a las administraciones para que para 2030 se puedan alcanzar los 340.000 cargadores.
Desde Anfac, José López Tafall, director general, que “España avanza en la buena dirección pero con insuficiente velocidad, y hay que acelerar, de manera urgente, el ritmo tanto de penetración del vehículo electrificado como de despliegue de puntos de recarga si se quieren alcanzar los objetivos”. Estos datos, dice López-Tafall, son una “evidencia de la necesidad de establecer medidas adicionales potentes, así como crear un órgano de gobernanza que priorice la electrificación”.