Los eléctricos europeos podrán acogerse a las ayudas en Estados Unidos
Las automovilísticas europeas respiran ante las noticias que llegan desde Estados Unidos. A mediados de año se presentó la U.S. Inflation Act, un plan de 430.000 millones de dólares para mitigar los efectos de la inflación en el país que, entre otras soluciones, proponía que solo los vehículos eléctricos fabricados en Norteamérica, y con componentes de proveedores locales, entraran en los planes de ayudas de compra. Este plan dejaba a los fabricantes europeos y asiáticos en una desventaja competitiva muy importante en uno de los mercados más grandes del mundo.
Desde entonces, Europa y países como Japón o Corea del Sur, hogares de Toyota, Nissan o Hyundai-Kia, entre otras marcas, han estado negociando con la administración liderada por Joe Biden para solucionarlo y que sus coches también pudieran entrar en las ayudas antes de su entrada en vigor el 1 de enero.Corea del Surlo consiguió recientemente, con Hyundai-Kia celebrando la noticia, y poco después lo haría Japón. Faltaba Europa.
Europa sí, pero con matices
Finalmente, la Comisión Europea y Estados Unidos han llegado a una entente para que los coches eléctricos europeos también puedan acogerse a las ayudas. Sin embargo, hay matices importantes en la normativa, que dejan a los fabricantes del Viejo Continente un escalón competitivo por debajo de las asiáticas.
Según la normativa publicada por Estados Unidos, solo los coches eléctricos europeos que se matriculen a empresas y profesionales podrán pasar por las ayudas, dejando al comprador particular sin la opción de acogerse a las mismas si quiere comprar, por ejemplo, un BMW o un Volkswagen eléctrico. Los vehículos dedicados al mercado de particulares, según la norma, deben terminar su producción en Norteamérica.
Desde la Comisión Europea han celebrado la noticia, pero admiten que la norma sigue siendo una preocupación para la industria automovilística y que creen que sigue violando la ley del libre comercio internacional. “Discriminar a los vehículos sostenibles producidos en Europa viola la ley del libre comercio internacional y supone desventajas injustas para las compañías europeas en el mercado estadounidense, además de reducir las opciones del comprador estadounidense, reduciendo la efectividad de las ayudas”, reza el comunicado de la CE.
Desde la CE confirman que seguirán negociando con Estados Unidos hasta que se publique el impuesto final que recaerá sobre los vehículos producidos fuera de Norteamérica. Aunque en Estados Unidos querían tener la propuesta lista para finales de año, no será finalmente hasta marzo cuando se concretarán todos los detalles.