Mazda Vision Study Model.

Mazda invertirá 11.000 millones para recuperar el terreno perdido en su electrificación

El gran despliegue eléctrico de Mazda se producirá entre 2028 y 2030, aunque no renunciará a su gama de combustión a corto o medio plazo.

Esto de la electrificación parece que va en serio. Mientras Tesla empezó su cruzada eléctrica particular hace casi dos décadas, el resto de la industria tardó un poco más, iniciando -sobre todo grupos como Volkswagen, la Alianza Renault-Nissan o BMW- sus ambiciosos planes eléctricos a finales de la década pasada. Stellantis, Mercedes-Benz AG y Hyundai-Kia fueron entrando en la rueda. Pero, ¿y las japonesas?

Salvo Nissan -y por ende Mitsubishi-, y aunque Toyota apuesta desde hace muchos años por la hibridación, la electrificación total no convencía a las firmas del país del sol naciente. Hasta hace bien poco Toyota no apostó grandes cantidades al desarrollo de eléctricos, arrastrando a Subaru tras ella, dejándolas en una posición un tanto rezagada y Mazda, pese a lanzar el eléctrico MX-30, en la cola de la carrera por la electrificación. Hasta ahora, las japonesas no pueden evitar la electrificación y, tras la inversión anunciada por Toyota, le toca a Mazda ponerse las pilas.

11.000 millones hasta 2030

La situación de la firma de Hiroshima es la más delicada. Toyota tiene el margen de maniobra que le da ser una de las marcas más vendidas del mundo cada año y el prestigio conseguido durante décadas de dominio. Mazda, por el contrario, debe desarrollar una gama eléctrica competitiva que compita de tu a tu no solo con Toyota, sino con la experiencia de Nissan y, en Europa y Estados Unidos -su mercado más importante-, con las ofensivas de Volkswagen, Stellantis, GM o Ford.

Para ello, ha anunciado una inversión de aproximadamente 11.000 millones de euros -1,5 billones de yenes- hasta 2030 para el desarrollo de toda la cadena de valor del coche eléctrico, desde baterías a motores, desde chips hasta nuevas tecnologías. La compañía japonesa anticipa también nuevas asociaciones que impulsarán su despliegue eléctrico, como las confirmadas con Envision AESC para las baterías, con Rohm para los chips, con Ondo, Hiroshima Aluminum Industry e Hirotec para los motores eléctricos o con Imasen Electric Industrial para los inversores.

El Vision Study Model acompañó la presentación de la nueva estrategia.

El plan pasa por hitos como la producción de nuevos eléctricos en Estados Unidos en 2026 o 2027, aunque desde la marca admiten que antes habrá que estudiar las leyes como la impulsada por Joe Biden, presidente estadounidense, para incentivar la producción local y que excluye de las ayudas a todos los eléctricos que no se produzcan, y con ellos sus componentes, en Estados Unidos.

Mazda espera que este esfuerzo le sirva para que entre el 25% y el 40% de sus ventas en 2030 correspondan a modelos eléctricos. El desarrollo de los futuros eléctricos de Mazda arrancará inmediatamente, pero la mayoría de lanzamientos llegarán entre 2028 y 2030, con modelos que atacarán mercados estratégicos como el chino, por ejemplo.

Mejorar los márgenes

Desde Mazda confirman que el plan estaba diseñado en primavera, pero que retrasaron el anuncio a raíz de la incertidumbre que rodea el sector. Antes de la llegada de sus eléctricos, la marca japonesa lanzará un nuevo sistema híbrido que podrían estrenar con el CX-50 próximamente. Una vez desarrollados sus primeros coches 100% eléctricos, la compañía de Hiroshima no descarta invertir en la fabricación propia de baterías.

Mazda CX-50

Como otras muchas marcas, Mazda quiere aprovechar la electrificación para rentabilizar todavía más su negocio. Sus planes más inmediatos, con una estrategia basada en sus nuevos modelos CX-60, CX-70, CX-80 y CX-90, todos SUV, es superar un margen operativo del 5% tan pronto como en 2026. Para sus eléctricos, apostará por una plataforma común que presentará aproximadamente en 2025, que podrá servir de esqueleto para vehículos de todo tipo de tamaños y para todos los segmentos en una maniobra para abaratar costes de desarrollo y producción y así ganar más margen por unidad.

Con todo, Mazda estima que entre el 60% y el 75% del mercado global seguirá siendo de combustión -sea híbrido o no- en 2030, por lo que no renuncian a mantener su apuesta por la máxima eficiencia posible de sus motores gasolina y diésel, al tiempo que desplegarán su arsenal eléctrico para alcanzar a la competencia. Según sus cálculos, las ventas de eléctricos de la compañía en 2030 podrían alcanzar las 720.000 unidades en todo el mundo.

Preferencias de privacidad