Trump le devuelve el favor a Elon Musk y facilitará los planes de conducción autónoma de Tesla
Donald Trump, ganador de las elecciones de Estados Unidos y presidente electo -tomará el mando en enero-, parece dispuesto a favorecer los intereses de Tesla, especialmente en la flexibilización de las normativas sobre vehículos autónomos. Esto no sorprende, ya que supondría devolverle el gran favor que Elon Musk le ha hecho durante su campaña electoral. El sudafricano, CEO de Tesla, desempeñó un papel clave a nivel mediático y en X (antes Twitter), actuando como aliado estratégico en la movilización de apoyo entre emprendedores tecnológicos y votantes jóvenes. Ahora, su relación podría dar frutos para Tesla, con beneficios que van desde la ampliación de su capacidad de producción hasta la aceleración de la aprobación de tecnologías autónomas.
El equipo de transición de Trump está priorizando una reforma legal que facilitaría el despliegue masivo de coches autónomos en Estados Unidos. Actualmente, las normativas federales limitan esta tecnología a flotas de solo 2.500 vehículos anuales, pero la administración buscaría aumentar este límite hasta 100.000 unidades a través del Congreso, medida que podrá aprobar a placer al tener los republicanos el control de la institución. Trump y su equipo ya intentaron esta medida durante su primer mandato y durante el de Joe Biden, pero no lo consiguieron. Esto ha disparado las acciones de Tesla, que subieron un 8% el lunes tras conocerse los rumores.
Tesla y el reto de la autonomía total
Elon Musk ya adelantó a los inversores su intención de lanzar servicios de robotaxis para 2025, empezando en ciudades clave como San Francisco. Sin embargo, el objetivo parece, o parecía, difícil de cumplirse. Las normativas actuales exigen mejoras en la seguridad de los sistemas de conducción sin volante ni pedales, algo que la NHTSA (la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico) está revisando tras varios accidentes ocurridos durante los últimos meses, incluyendo uno fatal.
Además, Tesla tiene abiertas investigaciones por posibles fallos en su sistema “Full Self Driving” -Conducción Autónoma Total-, pero Trump podría simplificar la aprobación regulatoria a través de nuevas leyes. Este movimiento no solo beneficiaría a Tesla, sino también a otras empresas del sector, aunque todos los cambios deben pasar primero por el Congreso para su aprobación. No obstante, la mayoría de la que dispondrá Trump en el Senado y en la Cámara de Representantes, las dos integrantes del Congreso, ponen cuesta abajo su aprobación.
Con una capitalización que ha crecido un 28% desde las elecciones, Tesla también tiene la vista puesta en Europa y China, donde planea implementar esta tecnología en 2025, siempre y cuando supere los desafíos regulatorios y de seguridad. La alianza tácita entre Musk y Trump podría marcar un antes y un después en la evolución de los vehículos autónomos en Estados Unidos.