Volvo se suma a la marcha atrás por el coche eléctrico
Siguen los frenazos y marcha atrás en la carrera por la implantación del coche eléctrico. El último fabricante en reconsiderar su estrategia ha sido la sueca Volvo. La marca, participada por el gigante chino Geely, ha confirmado esta semana que mantiene su idea de electrificación pero que reajusta los planes ante la realidad del lento avance del vehículo de baterías.
Para ello alargará su producción de modelos híbridos y enchufables (todos con motores de combustión) que representarán un volumen importante, y que entre un 10 y un 15% corresponderán a hibridaciones suaves. Y todo ello lo hace en una semana en la que ha presentado aquí en California su modelo EX90 100% eléctrico.
La compañía con sede en Göteborg (Suecia) apunta que para 2025 se espera que el porcentaje de productos electrificados se sitúe entre el 50% y el 60%. Paralelamente la marca señala que dispondrá de una gama completa de vehículos totalmente eléctricos, lo que le permitirá dar el salto a la electrificación total “cuando las condiciones del mercado sean adecuadas”. Por el momento ya ofrece cinco modelos con esta tecnología, el EX40, el EC40, el EX30, el EM90 y el EX90.
La medida obedece básicamente a que el coche eléctrico no tira del mercado tanto como se esperaba. De ahí el nuevo análisis de la situación y su cambio de rumbo. Desde la marca sueca consideran que “se ha producido un despliegue más lento de lo esperado de la infraestructura de recarga” lo que se une a la “retirada de los incentivos gubernamentales en algunos mercados y las incertidumbres adicionales creadas por los recientes aranceles sobre los vehículos eléctricos en varios mercados”. Desde Volvo señalan que, “teniendo esto en cuenta seguimos viendo la necesidad de políticas gubernamentales más fuertes y estables para apoyar la transición a la electrificación”.