Nazario Ibáñez (NZI Helmets): “Tenemos la misma oportunidad que tuvo mi padre en el 92”
Nazario Ibáñez (Yecla, Murcia, 1977) lidera con mano firme NZI Helmets, posiblemente la marca española de cascos más conocida en nuestro país. Ibáñez ha ‘mamado’ la empresa de arriba abajo. Durante los veranos, mientras estudiaba también trabajaba para empezar a ganarse un suelto para pagar los estudios y sus caprichos. Cuando acabó la carrera de ADE en el año 2000 se incorporó como jefe de homologaciones aunque antes, después pasó al almacén y actualmente es el presidente de la compañía. El directivo las ha visto de todos los colores, desde la época más gloriosa hasta la gran crisis. Ahora, NZI vive una nueva y esperanzadora etapa con su salida a bolsa.
NZI Helmets es una marca reconocida en el mundo de la motocicleta. ¿Podrías contarnos sobre los orígenes y la evolución de la marca a lo largo de los años?
Todo esto viene de la pasión por las motos de mi padre. Desde muy jovencito empezó a trabajar como ayudante en una fábrica que montaba motores aquí en Yecla. Con 18 años se independizó montando su propio taller de motos. En invierno tenía más tiempo y empezó a hacer piezas pequeñas de composite para las motos, como pequeños carenados. Y esto le llevó un día hacer un casco. Le gustaba la competición, le gustaba el trial. Había mucha afición a las motos, pero no cascos para protegerse. Entonces iban con una gorra y un día se le ocurrió hacer un proyecto de casco para él y sus amigos que corrían en moto. Y esto le llevó a plantearse a fabricar un casco. Aunque ya fue un proceso más amplio, porque el taller lo montó con 18 años y la empresa no la creó hasta que él tenía casi 30 años.
No sería fácil.
Los comienzos en el negocio de los cascos, en 1983, fueron muy, muy duros. Empezó con un proyecto de un casco, después otro casco, pero entonces los cascos no se vendían y no hacía más que perder dinero y tener que pedir préstamos. Él siempre dice que si hubiese podido volver atrás, se habría vuelto, sin ninguna duda. Pero debía ese dinero y yo no podía volverse atrás. Lo pasó mal, pero es verdad que en 1989 aproximadamente, el Gobierno avisó a los a los fabricantes de casos de España de que algo iba a cambiar. Lo llamaron desde el Ministerio y le dijeron “mira, vamos a poner el casco obligatorio y va a haber una demanda muy grande y apenas hay oferta. Tenemos que diseñar un modelo que sea asequible para todos los públicos y poder hacer frente a esa demanda que va a haber”. Entonces mi padre volvió a apostar por el negocio, sacó cuatro o cinco modelos que tuvieron un gran éxito desde el 92 hasta el 2006. Esta empresa vivió una época dorada. Recuperó toda aquella inversión que él había hecho en el inicio y fue una época muy bonita donde le permitió investigar, desarrollar muy buenos productos y ponernos a la vanguardia, porque llegamos a tener un 60% de la cuota de mercado nacional.
Cada empresa tiene sus hitos. ¿Cuáles consideras que han sido los momentos más destacados en la historia de NZI Helmets?
Creo que fue el año 2006 cuando en el Mundial de Motociclismo dos de los tres campeones, Álvaro Bautista en 125cc y Jorge Lorenzo en 250cc, llevaban cascos NZI. Éramos una empresa pequeñita que no podíamos compararnos con las grandes marcas europeas o mundiales. Aunque seguidamente llegó un punto complicado porque en el 2008 vino la crisis y ahí fueron los momentos más delicados de la empresa. O sea, el momento de mayor de gloria y el peor momento están muy cercanos. En el 2008 la crisis fue tan fuerte que redujo las ventas de motos hasta en un 70%. Y a nosotros nos pilló con el pie cambiado.
¿Por qué con el pie cambiado?
Mi padre había apostado por seguir fabricando aquí en España y no quería deslocalizar como otros, que se habían ido a Asia y a otros países de bajo coste. Y mi padre, al tener ya una imagen de marca superior quiso dejar de hacer ese producto de entrada de precio para posicionarse en un producto medio, porque estábamos preparados para hacerlo. Técnicamente hacíamos cascos aún a un nivel muy bueno y a una gama muy buena. De hecho, le producíamos a marcas premium como BMW. Entonces quisimos subir la gama de productos que fabricábamos con el fin de no tener que deslocalizar y seguir fabricando aquí en Yecla productos que se pudiesen cobrar un poquito más de precio.
¿Podrías compartir con nosotros algunos de los desafíos más significativos que NZI Helmets ha enfrentado y cómo los superaron?
Mi padre es muy patriota. Decía que lo que había hecho la gente por él se lo tenía que agradecer y no se quería ir, “no quiero dejar de dar empleo aquí”, dice. Aquello nos hizo pasarlo mal porque llegó un tiempo muy complicado. Desde el 2008 hasta el 2017 pasamos una época muy delicada, muy delicada, donde gran parte del dinero que había ganado tuvimos que emplearlo para sanear toda la empresa.
La reciente salida a bolsa de NZI Helmets ha sido un gran paso. ¿Qué motivó esta decisión y cómo crees que afectará el futuro de la empresa?
Con la crisis tuvimos que refinanciar, que buscar ayuda con los bancos. Estuvimos muy cerca del concurso de acreedores. Pero la verdad es que la ilusión nunca la hemos perdido y hemos estado ahí siempre y confiando en que íbamos a salir adelante. Y este actitud nos ha hecho estar cada vez mejor desde el 2017 ya que aproximadamente en el 2011 fuimos a China.
¿Y la salida a bolsa?
Hace poco un amigo, Pablo Roig, que es socio ahora mismo de la compañía, ha sido nuestro auditor de cuentas y ha trabajado en Price Waterhouse, por lo tanto, ha acompañado a varias empresas ya en el proceso de salida a bolsa. Él conoce bien la compañía y sabía que estábamos escasos de recursos financieros. Y para afrontar el plan que estamos desarrollando necesitábamos recursos financieros. Entonces propuso que si hacíamos el plan de negoció él se encargaría de conseguir el dinero suficiente que necesitamos para invertir en los productos que hacen falta.
¿Cuál es el libro de ruta de este plan de negocio?
Hay un plan de crecimiento hasta de cuatro veces de la facturación actual. “Por qué ahora?” Porque los gobiernos de países emergentes se han mentalizado que tienen que fomentar el uso de la motocicleta para hacer más ágil la movilidad en las ciudades con el uso de la moto. Estoy hablando de Sudamérica, África y algunos países de Asia. Aquí es donde está nuestro gran plan de crecimiento, donde más vamos a crecer.
La historia de las oportunidades se repite.
Yo siempre digo que tenemos la misma oportunidad que mi padre tuvo en el año 92. Ahora se nos presenta esta porque van a hacer el casco obligatorio en muchos países donde no lo es. Ahora tenemos una marca, una experiencia, plantas de producción preparadas, donde podemos producir y llegamos con una red comercial importante.
¿Dónde van a fabricar?
Dentro del plan de negocio se contemplan cinco plantas más una. Tres en China donde producimos nuestros modelos con nuestros diseños, nuestro control de calidad y todo. Otras en Pakistán, Argelia y la de Yecla, en Murcia donde sigo fabricando. En las instalaciones de Yecla hacemos las cosas especiales, como por ejemplo los diseños 3D, la personalización de cascos, el proyecto de hockey patines, un casco laboral, un proyecto para los castellers, los niños que hacen torres humanas en Catalunya.
Volviendo a la competición ¿Hay planes al respecto?
Nos gustan las motos, lo llevamos en el ADN. Pero tenemos que ir con pies de plomo. Entrar en el Mundial y competir con marcas que son la mayoría de ellas multinacionales o incluso que pertenecen a un fondo de inversión es complicado. A veces las ganas de estar allí pueden afectarte en que tu empresa no vaya adelante. Pero tenemos planes. Queremos hacerlo como mi padre lo hizo en su día, que le fue muy bien, y es ayudando a todas las escuelas de conducción haciendo un casco lo más pequeño posible y ayudando a todas las escuelas de conducción. Porque ahí es donde crean la base. Siempre ir ayudando a la cantera, que en España es muy muy buena. Y claro que sí, en cuanto podamos iremos al Mundial. Pero no ir directamente pero si en copas de promoción como la Red Bull MotoGP Rookies Cup. Poquito a poco nos iremos poniendo en nuestro sitio.