El transporte público bonificado sigue sin seducir a los usuarios del vehículo privado
Cuando se hizo público que el Estado bonificaría el transporte público, y que las autonomías y los entes municipales pondrían su parte, fueron muchos los que anunciaron la llegada de nuevos tiempos para la movilidad sostenible. Aquello sucedió el 1 de septiembre de 2022 y, un mes y medio después, el director de Trànsit, Ramon Lamiel, explicaba en un evento en Sitges que apenas habían notado cambios en las entradas a Barcelona: un 0,4% menos de coches en el entorno metropolitano. Este jueves se ha dado a conocer una encuesta encargada por la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) que maquilla ese porcentaje. Un 6,1% que antes se movía en vehículo privado se ha pasado a la colectividad con las rebajas del metro, el bus, el tren y el tranvía.
El 95% de los encuestados estaban informados sobre las bonificaciones y el 53% aseguran haber modificado sus pautas de uso de transporte público desde septiembre pasado. Un cambio de hábitos que en la presentación de los resultados, este jueves, ha hecho levantar la ceja del secretario de Logística i Mobilitat del Departament de Territori, Marc Sanglas, que ha advertido del peligro de que el transporte público padezca un cierto “desequilibrio”. En favor, no lo ha dicho, de Rodalies, que es el medio más salpicado por las rebajas y más señalado por los entrevistados como opción prioritaria.
Siempre Rodalies
De hecho, Renfe desbanca al metro en la encuesta. En la pregunta sobre el antes y el después, esto es, cómo se movían antes del descuento y qué hacen ahora, un 27,1% aseguran ser usuarios del tren, cinco puntos más que antes, mientras que el subterráneo se mantiene prácticamente igual, del 26% al 26,6% una vez aplicadas las bonificaciones. En esta cuestión es donde aparece este 6,1% de ciudadanos que sostiene que antes solía recurrir al vehículo privado y ahora apuesta por el transporte público. El documento, sin embargo, no concreta si se trata de gente que se mueve dentro de entorno urbano o interurbano, y es un dato muy relevante, porque no es lo mismo moverse por Barcelona que de dentro afuera de la gran ciudad.
Además de la encuesta, el acto de este jueves ha ejercido de balance del primer cuatrimestre de bonificaciones extraordinarias en el transporte público. Sucedió lo lógico, que subieron las validaciones realizadas con los títulos con descuento (T-Usual, T-Jove, T-Casual) y bajaron el resto, los que mantenían el precio de siempre, que ya de serie tiene un 50% de aportación pública por otro 50% que pone el viajero con el abono del billete. Las cifras totales son muy superiores a lo registrado en los últimos cuatrimestres de 2021 y 2020 por razones obvias. La comparación buena es la de 2019, el año anterior al covid. El total de validaciones fue en 2022, ya con los descuentos activos, el 6,2% inferior en cuanto a títulos propios e integrados.
De más a menos
Otro dato que quita euforia al invento es el crecimiento anual de todo 2022, cuando de verdad empezamos a salir de la pandemia. El primer cuatrimestre dejó un aumento de validaciones del 40,39%, el segundo marcó una subida del 28,51% y el tercero, con la rebaja, se quedó con un 19,15% (un 27,%, en el caso de Renfe). La propia ATM admite que este último dato sería muy inferior de no haber mediado la ayuda extraordinaria. En el caso de Rodalies, por ejemplo, eso implicó 620.000 abonos recurrentes gratuitos entre el 1 de septiembre y el 1 de enero.
Las validaciones totales de 2022 escalaron en 2022 hasta los 923,41 millones, un registro que se sitúa a la altura de lo cosechado en 2014. El techo, curiosamente, se marcó en 2019, con 1.060,92 millones de viajes. Sí, la pandemia llegó en el momento más dulce del transporte público.