Citroën reinventó la venta de coches con sus caravanas
André Citroën acercó sus vehículos al pueblo a través de unas caravanas en las que permitía probar sus vehículos a los clientes en sus propio entorno
André Citroën, fue un revolucionario en la industria del motor, no sólo por la tecnología en favor del confort que montaba en sus vehículos y que sigue presente en las últimas novedades de la marca, sino y también en la forma de publicitar y dar a conocer sus vehículos. Y es que el fundador de la marca que lleva su nombre, reinventó de alguna manera las ferias de coches acercándolos al pueblo.
El constructor quería que las personas pudiesen probar sus coches porque solo así podrían apreciar sus características y sus cualidades. Además, la prueba tenía que ser lo más realista posible, es decir, en el mismo lugar donde se desenvolvería el coche si esa persona lo acababa comprando. Pero en plena posguerra de la Primera Guerra Mundial, y hasta mediados de la década de 1920, la red Citroën no fue lo suficientemente amplia como para permitir que cualquier ciudadano pudiera probar un coche de la marca cerca de su casa, como deseaba Citroën.

Andre cuidaba hasta el más mínimo detalle y por ello todo empezaba algunas semanas antes: la publicidad en las paredes del pueblo elegido con los carteles diseñados por Pierre Louys, y, después, la publicidad en los periódicos locales, efectuada gracias al servicio de coordinación de Quai de Javel, que uniformizaba y personalizaba (según las exigencias) la parte gráfica de los anuncios. Finalmente, se instalaba la coreografía de los eventos, muy cuidada y realizada para ser vista desde lejos y atraer así al público.


La idea de la caravana fue retomada por Citroën en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial para dar a conocer el nuevo 2CV y los vehículos comerciales como el Tipo H que tanto éxito consiguieron en el entorno rural y que se mantuvieron en producción sin modificaciones significativas entre 1947 y 1981.