Todos los coches modernos tienen ‘ADAS madrinas’
Cada vez es más difícil tener un accidente de tráfico. Antes tan sólo dependía del fallo humano, con lo que era mucho más probable, pero en la actualidad la intervención de los sistemas de seguridad inteligentes de los vehículos, hacen que no sólo tenga que fallar el hombre sino también la máquina, lo que es muchísimo más improbable.
La gran diferencia en la seguridad de los vehículos en los últimos años radica en que antes se destinaban a reducir las consecuencias de un accidente, pero ahora se enfocan a tratar de evitar el propio incidente antes de que suceda. De este modo se ha pasado de tener básicamente el cinturón y el airbag, a disponer de de todo un elenco de radares, cámaras y sensores con los que el coche puede ver, sentir e incluso intuir cuándo va producirse un accidente para poder evitarlo.
Y en eso tienen mucho que ver los llamados sistemas ADAS (Advanced Driver Assistance Systems). Como pasó en su día con el ABS en 2004 o el control de estabilidad en 2014, desde 2022 son obligatorios en cualquier coche nuevo los siguientes ADAS:
Además de todo esto, el coche puede montar otros ADAS opcionales como:
Error humano
Con todas estos ADAS, tienen que salir muchas cosas mal para que un coche moderno tenga un accidente. Según los expertos, podrían evitar entre el 40% y el 50% de los accidentes de tráfico y más del 25% de las víctimas mortales. Siguiendo las normas de tráfico, con un buen descanso, realizando una conducción responsable, y junto a la ayuda de todos los ADAS, se reduce drásticamente la posibilidad de sufrir un incidente en carretera.
El coche hoy día es capaz de evitar un reventón del neumático gracias al sistema de control de presión; limita la velocidad máxima a la establecida por la DGT; nos avisa e incluso frena solo si se nos cruza un coche por detrás; lo mismo sucede si se aproxima por el ángulo muerto; no nos deja que nos salgamos del carril; nos avisa e incluso puede llegar a detener por sí solo la marcha si nos desvanecemos o nos dormimos; e incluso frena por sí solo en caso de emergencia. Y todo ello sin contar con otros sistemas que logran una conducción semiautónoma de nivel 2, multiplicando de este modo la seguridad en carretera. Es decir, que sin el factor suerte y sin la intervenciín directa de otros coche que no dispongan de todos estos sistemas, tener un accidente grave hoy día si se respeta la ley resulta sumamente complicado.