Audi S4 Avant: 341 CV de pasión y razón
El Audi A4 es un auténtico superviviente. Pese a la predilección del mercado europeo por los SUV’s, este sedán sigue siendo uno de los modelos más exitosos de la firma de los cuatro aros. Desde que se presentó la primera generación, allá por 1994, han vendido más de 7 millones de unidades de sus carrocerías berlina, Avant (familiar) y A4 Allroad, con ayuda también de sus variantes prestacionales S4 y RS4. En este artículo os hablaremos de las bondades y el equilibrio del que hemos gozado durante la prueba del Audi S4 Avant, una opción ‘casi’ única en un mercado por su motorización diésel de 341 CV de potencia.
Es complicado encontrarle peros a un modelo que lo tiene todo, pero los tiene. Antes empezaremos por los puntos fuertes de esta silueta familiar de 4,77 metros de largo por, 1,85 m de ancho y 1,43 m de alto, con una distancia entre ejes de 2,82. Se encuentra en un segmento premium competido por el Mercedes-Benz Clase C o el BMW Serie 3, ambos también con sus versiones Estate y Touring.
Un Audi es siempre un Audi
Si algo caracteriza a la firma de Ingolstadt es su continuismo y diseño atemporal, clásico en ciertos aspectos pero siempre al día. Sobre gustos no hay nada escrito, pero la elegancia y sofisticación del Audi S4 probado no admite dudas. La vista frontal está protagonizada por la icónica parrilla Singleframe con tramado en panal de abeja y la bella firma lumínica, opcionalmente con faros Matrix LED. Su visión premium no sería la misma sin los elementos decorativos en cromado, presentes en el marco de dicha parrilla y el splitter inferior de carácter deportivo.
Ese material se repite en los retrovisores, faldones laterales, barras del techo, marco de las puertas y, finalmente, como marco lateral en el difusor trasero. Pero antes de pasar a la zaga... ¿Qué me decís de las llantas? Me han gustado especialmente las llantas Sport de 19 pulgadas diseño “Flag” de 5 radios dobles, que combinan a la perfección con el tono Azul Navarra. Opcionales que rápidamente elevan el precio por encima de los 85.000 euros.
Y ahora sí, hablamos del trasero de este Avant. La subjetividad entra en juego al hablar de siluetas pero, en el caso de las familiares de Audi, el debate está sentenciado. No solo muestra una zaga más horizontal, lo que consigue una imagen contundente y ancha desde la vista posterior, también suma capacidad de maletero hasta los 420 litros, que aumentan a 1.435 litros abatiendo los asientos.
Eso sí, la belleza supera a la practicidad en cuanto cierras el portón y los pilotos tridimensionales captan tu atención. La tira cromada que une ambos faros aporta consistencia visual a la enorme luneta trasera, al tiempo que homogeniza la superficie con el atractivo paragolpes inferior y difusor, presidido por una cuatro salidas de escape ovaladas, de las cuales dos son funcionales y otras dos falsas.
Al interior le falta una renovación
Si algo podemos echar en cara al S4 Avant está en el interior. En plena tendencia a la digitalización, el salpicadero de este modelo ha quedado algo desfasado, que no basto. Sigue siendo elegante, refinado y con una apuesta firme por los materiales nobles y de excelente calidad percibida, rematados por el estilo deportivo que se espera en costuras y tejidos de un S4. Para los pasajeros, el confort es la punta de lanza del S4, altamente insonorizado, amplio para dos adultos y con una rodadura suave en vías rápidas.
La pantalla flotante de 10,1 pulgadas es ahora cosa del pasado, no así su excelente Audi Virtual cockpit de 12,3 pulgadas al que puedes añadir un Head-Up Display opcionalmente. Por suerte han sabido actualizar es el sistema MMI touch para que la fluidez de ambas superficies sea intachable, así como su velocidad y la facilidad de uso, especialmente para el apartado de la compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto de manera inalámbrica.
Al volante del S4 Avant
Más allá de la habitabilidad y tecnología de este deportivo con piel de cordero, la auténtica bala en la recámara se encuentra frente al volante. El Audi RS4 consigue sacar tu lado más canalla, deseando tener una familia para justificar su compra. El S4, en cambio, es la elección equilibrada, eficiente y divertida que elegirá aquel que no tiene nada que demostrar, pero sí mucho por disfrutar.
El motor bajo el capó de este familiar es el reconocido 3.0 TDI exprimido hasta los 341 CV de potencia junto a una caja tiptronic de ocho velocidades, que destaca por su refinamiento y actuación casi imperceptible. La tracción es total de serie y, pese a su espíritu racing, adquiere el distintivo ECO de la DGT al incorporar tecnología mildhybrid. En el caso del V6 de este TDI, el aporte eléctrico es de 48V.
Las prestaciones de este bloque son significativas, con 700 Nm de par entre las 1.750 a 3.200 vueltas que le hace capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos y una velocidad máxima de 250 km/h. En cuanto a las sensaciones, distan mucho de la agresividad que encontramos en los modelos RS pero, a cambio, tenemos un equilibrio superior en los consumos.
La firma homologa un gasto medio de 7,3 l/100 km, pero es fácil ver un dato inferior en las zonas de velocidad constante, como las autovías. Ese es su hábitat natural, pese a que también se siente de lo más cómodo en un tramo de curvas por su aplomo y tracción dispuesta para cualquier tipo de conductor. Tras una escapada por la Sierra de Madrid, el consumo se disparó a los 9,2 l/100 km, lógico si activamos el modo Dynamic (auto, comfort, efficiency e individua) y exprimes el cuentavueltas con las levas solidarias tras el volante.