El hidrógeno puede ser un peso pesado en el transporte
En la búsqueda constante por reducir la dependencia de combustibles fósiles, el hidrógeno emerge como un protagonista prometedor en la transformación del transporte, expandiendo su potencial más allá de los vehículos turísticos. Si bien el enfoque inicial se centró en automóviles, su verdadero impacto se vislumbra en sectores de transporte pesado: camiones, mercancías, aviones y barcos.
El uso de hidrógeno en camiones y transporte pesado ha captado la atención de la industria por su capacidad para abordar uno de los mayores desafíos: la movilidad de cargas pesadas de manera eficiente y sostenible. Los camiones de carga, por ejemplo, requieren una fuente de energía potente y con mayor autonomía que las baterías eléctricas convencionales, aspecto en el que el hidrógeno destaca.
Se necesitarán baterías gigantescas para poder acumular la energía suficiente que permita recorrer los kilómetros que ha día de hoy hace un camión con un solo tanque de gasoil, lo que iría en detrimento de la propia autonomía por su peso, por lo que no parece que de momento haya forma de que los camiones ofrezcan elevadas autonomías con la tecnología de acumulación eléctrica actual.
A esto hay que sumar los tiempos de recarga. Los camioneros trabajan prácticamente a contrarreloj, y sería imposible que dispusiesen de las esperas necesarias para que su camión eléctrico se recargase lo suficiente como para afrontar largos desplazamientos como hacen con los motores térmicos, los cuales se repostan en apenas unos minutos. Una ventaja que comparten con la tecnología de hidrógeno.
Un gran desafío
Como se ha comentado durante la Semana Europea del Hidrógeno, a pesar de su prometedor potencial, el uso extendido del hidrógeno en estos sectores enfrenta desafíos significativos. La infraestructura para la producción, almacenamiento y distribución de hidrógeno necesita ampliarse y optimizarse. Además, la reducción de costos en la producción y la implementación de tecnologías más eficientes son pasos cruciales para su adopción a gran escala.
En esta escala se incluye también la aviación y la navegación, que ya han mostrado interés en la electrificación, pero las limitaciones de las baterías en términos de peso y autonomía han frenado su adopción total. El hidrógeno, en cambio, emerge como una opción atractiva para aviones y barcos, ya que ofrece una mayor densidad energética y una alternativa más viable para operaciones de larga distancia.
Primeros camiones de hidrógeno
Una de las marcas que más firmemente está apostando por el hidrógeno es la italiana Iveco, quien recientemente presentó el HD FCEV de hidrógeno, con una autonomía hasta los 800 kilómetros. Además, cuenta con la ventaja de un repostaje rápido de menos de 20 minutos, por lo que es la solución perfecta para las misiones de larga distancia en el transporte comercial pesado. Puede albergar 70 kilos de energía utilizable H2 a 700 bares de presión. Las primeras unidades del Iveco HD FCEV se entregarán en Francia, Suiza y Alemania a finales de 2023, según lo previsto en el proyecto europeo H2Haul, cofinanciado por la Clean Hydrogen Partnership, cuyo objetivo es acelerar el despliegue de soluciones de hidrógeno en la industria del transporte comercial y permitir el mercado de camiones de pila de combustible a gran escala en los próximos años.
Toyota también presentó hace escasas fechas el su primer camión de pila de combustible, junto con VDL Groep. Mediante la integración de su tecnología de pila de combustible en camiones de gran tonelaje de VDL, Toyota se propone descarbonizar sus operaciones logísticas en Europa.