El primer Rolls-Royce eléctrico ofrece menos autonomía que algunos coches generalistas
Rolls-Royce dice que el nuevo Spectre demuestra que los coches eléctricos de batería ya están listos para dar el salto a la cúspide del motor, y que representa el primer paso en el cambio radical d la marca, que ofrecerá a finales de 2030 toda su cartera de productos con motor eléctrico. Pero la realidad es que las prestaciones eléctricas de este coche quedan muy por debajo de lo esperado, ofreciendo casi la misma autonomía que un Kia EV6, y prácticamente 200 kilómetros menos que el Mercedes-Benz EQS 450+.
Para el Spectre, Rolls-Royce ha apostado por un tren motriz totalmente eléctrico, en lugar de una solución híbrida. Está equipado un motor en cada eje, que en conjunto rinden 584 CV con 900 Nm de par, con los que puede acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos.
Por su parte, la autonomía es de 530 km, merced a una batería de iones de litio de 102 kWh. El tiempo de carga del 10 al 80% es de 34 minutos utilizando un cargador rápido de 195 kW: esto también producirá carga suficiente para 100 km en unos nueve minutos.
Lo cierto, es que ni la potencia ni la autonomía están a la altura de un coche de super lujo como es este Rolls-Royce. Coches premium que probablemente cuesten una mínima parte de lo que valdrá el Spectre, ofrecen más caballaje, más prestaciones y mucha más autonomía. Un ejemplo es el Mercedes-Benz EQS 450+ con 734 km de autonomía.
El Rolls-Royce más tecnológico
Rolls-Royce dice que el Spectre es el más conectado de su historia, con el triple de emisores y receptores que cualquier modelo anterior. De hecho, los ingenieros lo describen como el “Rolls-Royce en ultra alta definición” por la velocidad y precisión de sus respuestas a las condiciones de la carretera y el clima.
Mediante una arquitectura de software conocida como Inteligencia Descentralizada, los datos se procesan más cerca de su origen en lugar de ser tratados en su totalidad por una única unidad central de procesamiento. Para lograrlo, cada una de las 141.200 variables emisor-receptor tiene su propio control artesanal; en casi todos los casos, varias subvariables adicionales tienen en cuenta las variaciones del clima, la velocidad del terreno, el tipo de carretera, el estado del vehículo y el estilo de conducción. Esto permite que el coche responda más rápidamente a las indicaciones del conductor y a las condiciones cambiantes de la carretera.
Lo que no podía faltar en este coche es el sistema de suspensión que lanzó originalmente en el Ghost, y que recuerda al clásico ‘paseo en alfombra mágica’ de la marca. En carreteras rectas, esta tecnología puede desacoplar automáticamente las barras estabilizadoras, permitiendo que cada rueda actúe de forma independiente. Esto evita el movimiento de balanceo que se produce cuando un lado del vehículo golpea una ondulación de la carretera, y reduce drásticamente las perturbaciones de alta frecuencia causadas por pequeños defectos repetidos de la superficie.
Cuando el sistema detecta una curva, vuelve a acoplar los componentes y endurece el amortiguador, y se prepara para activar el sistema de dirección a las cuatro ruedas para garantizar una entrada y salida sin esfuerzo. Durante las curvas, los sensores individuales supervisan casi 20 parámetros diferentes de la dirección, los frenos, la entrega de potencia y la suspensión, y los ajustan automáticamente para mantener una trazada y una estabilidad perfecta.
Un diseño atemporal
El Spectre es el sucesor del Phantom Coupé, un fastback de dos puertas de grandes dimensiones y con un diseño atemporal. El aspecto del primer Rolls-Royce eléctrico se inspira en mundos que van mucho más allá de la automoción, como la alta costura, la escultura modernista, el diseño náutico, la sastrería y el arte contemporáneo.
La parrilla Pantheon del Spectre es la más ancha jamás instalada en un Rolls-Royce. Las aletas de acero inoxidable pulido son lisas y enrasadas, y se iluminan suavemente con 22 LED que iluminan la superficie trasera arenada, creando una sutil firma tridimensional por la noche.
La figura del Espíritu del Éxtasis se creó especialmente para Spectre. Con una postura más baja y un perfil más aerodinámico, perfeccionado a lo largo de 830 horas de modelado de diseño y pruebas en el túnel de viento, contribuye a que el coeficiente de resistencia aerodinámica del automóvil sea de sólo 0,25 cd, lo que convierte al Spectre en el Rolls-Royce más aerodinámico jamás construido.
Los faros divididos han sido un rasgo característico de Rolls-Royce durante muchos años y son una referencia visual directa al ilustre antepasado del Spectre, el Phantom Coupé. La línea de proa vertical y afilada atrae la mirada hacia la parte trasera del Spectre, que se inspira tanto en los automóviles clásicos como en los yates de competición.
Los pilotos traseros se integran en el mayor panel de carrocería jamás fabricado para un Rolls-Royce, que se extiende desde el pilar A hasta el maletero. En previsión de una variedad de encargos de colores exteriores Bespoke, los pilotos traseros son incoloros para lograr neutralidad.
Finalmente cabe señalar que el Spectre es el primer Rolls-Royce coupé de dos puertas de producción equipado con llantas de 23 pulgadas en casi 100 años.
Universo interior
Por primera vez en un Rolls-Royce de producción en serie, se incluyen las Puertas Starlight, que incorporan 4.796 ‘estrellas’ suavemente iluminadas. Si lo desean, los clientes pueden elegir un fondo de paneles Canadel, fabricados a mano con una gama de maderas exquisitas.
El salpicadero iluminado de Spectre se desarrolló a lo largo de dos años y más de 10.000 horas de trabajo. Incorpora la placa Spectre rodeada por un grupo de más de 5.500 estrellas. Situada en el lado del pasajero del salpicadero, la iluminación es completamente invisible cuando el automóvil no está en marcha.