La trágica historia de amor detrás del Espíritu del Éxtasis de Rolls-Royce
La famosa figura que adorna el capó de los Rolls-Royce esconde una historia de amor prohibido
Cada símbolo en el mundo tiene un origen. Los hay profundos, simples, con mucha carga simbólica o histórica y los hay que guardan secretos. Además, los símbolos aparecen en todo, en coches, en ropa, en edificios, en libros y en cualquier cosa que se pueda imaginar. Las marcas más prestigiosas han hecho de su logotipo algo que va más allá del producto que anuncian y se asocian con otros significados. Por poner un ejemplo, el 'Cavallino Rampante' de Ferrari no solo evoca a sus superdeportivos y ya es sinónimo de deportividad, lujo, rendimiento y clase y se encuentra desde en sus coches hasta en las carpetas de los jóvenes que sueñan con conducir uno alguna vez.
Hay símbolos, además, que se asocian a una marca sin ser el logotipo original de la misma, como es el caso de Rolls-Royce. El logo oficial de la marca consta de un rectángulo en vertical con dos 'R' grandes en el medio y las palabra 'Rolls' en la parte superior y 'Royce' en la inferior. Un logo muy simple que, sin embargo, es eclipsado por el símbolo más famoso de la marca, 'El espíritu del éxtasis' o 'The Spirit of Ecstasy', la pequeña figura que parece un ángel que adorna el capó de los impresionantes vehículos de la marca.
UNA HISTORIA DE AMOR PROHIBIDO
La figura no siempre adornó el capó de los modelos de Rolls-Royce. De hecho, ni siquiera estaba previsto que nada fuera a adornar sus coches cuando se fabricaron los primeros modelos. Así, el origen de la pequeña escultura data de principios del Siglo XX, cuando John Walter Edward Scott-Montagu, segundo Lord Montagu y editor de la revista ' The Car Illustrated', le pidió a su amigo Harles Robinson Sykes que diseñara un adorno para montar en su Rolls-Royce Silver Ghost de 1909. Sykes rápidamente se inspiró en una historia de amor prohibido que, precisamente, protagonizó John Walter.

EL ESPÍRITU DE LA VELOCIDAD
Durante la primera década del Siglo XX, hacerse figuras para adornar los coches se había puesto de moda. Rolls-Royce, como marca, estaba preocupada porque consideraba que los propietarios estaban poniendo figuras inapropiadas en sus coches. Es por eso que, para corregirlo, Claude Johnson, por entonces director general de Rolls-Royce Motor Cars, contactó con Sykes para crear una figura para poner en el capó de todos sus coches a partir de entonces.

Así nació 'The Spirit of Speed' o 'El Espíritu de la Velocidad', la imagen que Sykes creó para Rolls-Royce fijándose de nuevo en Eleanor Thornton como inspiración. Poco después, cuando lo presentó a la marca, en 1911, Claude Johnson la describiría como "una elegante y pequeña diosa, el Espíritu del Éxtasis, que eligió el viaje por la carretera como su delicia suprema y se asentó en la proa de un Rolls-Royce para revelar la frescura del aire y el sonido musical de sus revoloteantes vestimentas expresando su gran placer, con los brazos extendidos y su vista fijada en la distancia". Esta figura no era más que una versión modificada de 'The Whisper', sin el dedo en sus labios y agarrándose su vestido.

Para los que se lo pregunten, la historia entre Eleanor y Walter terminó de manera trágica en 1915, cuando ámbos viajaban en el SS Persia que fue hundido por un submarino alemán al sur de Creta. Eleanor murió en el naufragio y Walter sobrevivió y fue rescatado tras varios días a la deriva.