McLaren 750S: peso pluma para 750 CV de un V8
Hace unas semanas intentamos trasladar en palabras las sensaciones que produce conducir un McLaren 720S Coupé. Como si de una premonición se tratase, los de Woking han ido un paso más allá y acaban de lanzar el McLaren 750S, el modelo de producción en serie más ligero y potente de su gama. Según la firma, han cambiado un 30% de los componentes del 750S para que sea un peso pluma capaz de exprimir el bloque V8 de 4,0 que rinde ahora 750 CV y 800 Nm para acelerar de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos. Os contamos los atributos de este recién llegado.
Que la obsesión de McLaren es el peso lo teníamos claro, que su baza del monocasco en fibra de carbono era clave también. En este caso, los ajustes en la estructura han conseguido un dato final en báscula de 1.277 kilogramos, 193 kg menos que su competidor directo y 30 kilogramos menos que el McLaren 720S Coupé. Decisiones en su configuración, como por ejemplo las llantas y los asientos, han sido necesarias para alcanzar esta ligereza, así como el uso de composite para el Retractable Hard Top (RHT) del Spider, que sólo pesa 49 kg más que el coupé.
Primero el corazón
La aerodinámica vuelve a ser la pieza fundamental para alcanzar unos estándares de conducción todavía mejores. Unas sensaciones validadas por las prestaciones, tanto del Coupé como del Spider gracias al bloque V8 de 4.0 litros que eclipsa sin miramientos al legendario McLaren P1 de 737 CV con una potencia final de 750 CV hasta las 8.500 rpm. La mejora en los desarrollos han permitido exprimir su carrocería y cambio para alcanzar el 0 a 100 km/h en 2,8 segundos, que sorprende más en los 7,2 segundos del 0 a 200 km/h (7,3 en el spider).
Los cambios realizados en el bloque responden al aumento de presión de la sobrealimentación, creciendo así el nivel de aire dentro de los cilindros. También han añadido una bomba de combustible de auto caudal para cumplir con los requisitos de flujo de combustible, entrando en acción solo cuando la demanda de potencia es mayor. Recurren a los mismos pistones aligerados del 765LT y, como adelantamos, incorporan una transmisión de 7 velocidades con una desmultiplicación más corta. Eso sí, para proteger el motor, este cambio impide bajar marcha en el modo Sport y Track si detecta que se revolucionará demasiado.
Un detalle importante, y que penalizó mi experiencia con el 720S Coupé, era el sonido del escape. Esta vez, McLaren cuenta con un sistema de escape 2,2 kilogramos más ligero, pero también más intenso, mejorando la conexión física y emocional. Los soportes de motor se han ajustado para que se oigan, incrementando así la melodía de arranque o conducción dinámica sin afectar a la circulación tranquila y relajada que tanto nos sorprendió.
Más conexión que nunca
Pero la promesa más especial del McLaren 750S se encuentra en su dinámica, en la que han trabajado los ingenieros en busca de una agilidad y respuesta superior. Para ello han cambiado las geometrías con 6 mm de vías delanteras y la nueva generación de la suspensión hidráulica enlazada Proactive Chassis Control de McLaren. Este sistema combina muelles helicoidales pasivos con amortiguadores semiactivos (compresión y rebote) y un circuito antivuelco hidráulico, que sustituye a las típicas barras estabilizadoras mecánicas.
Todos ellos se modifican al cambiar de modo de conducción (Confort, Sport o Track), creando así un setting específico al tiempo que incrementan la rigidez y estabilidad de su nuevo superdeportivo con unos muelles delanteros un 3% más blandos y un 4% más duros en el eje trasero. Además, el conductor siempre podrá ajustar el nivel de intervención del sistema de tracción con el McLaren Variable Drift Control (VDC).
En cuanto a la frenada, que ya nos dejó atónitos en el McLaren 720S, este nuevo modelo incluye discos cerámicos de carbono de 390 mm y pinzas monobloque un 60% más resistentes que el carbonocerámico convencional. Esta tecnología, derivada del McLaren Senna, añade también un servofreno nuevo, bomba de vacío y una refrigeración integrada de las pinzas inspirada en la Fórmula 1. Como ya os contamos, el alerón forma parte de este sistema de frenada, con un accionamiento hidráulico que se ajusta a las necesidades de la conducción con tres posiciones:
Las claves de su diseño
El minimalismo sigue siendo la piedra angular de la posición de conducción de McLaren, liberando el volante de botones para que te centres en la carretera. El acceso a los cambios de modos, infoentretenimiento y ajustes mecánicos se realiza a través de la pantalla central táctil. Eso sí, los de Woking aseguran haber trabajado en el sistema Sorround View y la cámara trasera, que era muy pobre en el 720S Coupé, así como en la compatibilidad con Apple CarPlay y la introducción de un sistema de audio Bowers & Wilkins mejorado.
Pero centrémonos en lo importante: la aerodinámica. Si algo caracteriza a McLaren, aparte del peso de sus superdeportivos y el monocasco de carbono, son sus formas nada corrientes y del todo funcionales. Jugar con el flujo de aire es clave para que el 750S y el 750S Spider, con algún ajuste del Monocage II-S, tengan esta imagen de gota de lágrima visto desde arriba.
Se repiten las cuencas de los grupos ópticos que tienen la función de iluminación (LED) y refrigeración, abriéndose paso al interior de las puertas del 750S que son visibles desde el exterior. El splitter delantero es más largo, así que enfatiza el morro alargado y afilado de esta nueva hornada, algo más radical y contundente en sus formas.
Los canales de la sección inferior de las puertas derivan el aire a las tomas frente las ruedas traseras, ampliadas también para conseguir una refrigeración adicional, necesaria para soportar un aumento de 30 CV y 30 Nm. En este sentido, encontramos una nueva cubierta, rejilla de ventilación y paragolpes trasero, con un tubo de escape central que obliga a colocar el alerón 60 milímetros más alto, aportando mayor músculo y contundencia a la vista de la zaga.