Ford Ranger Raptor: el juguete para adultos definitivo
Como periodistas especializados en automoción, es habitual ser el servicio de resolución de dudas de nuestro entorno, pero no existe una respuesta sentenciadora acerca del vehículo perfecto. El presupuesto, el uso habitual y el distintivo ambiental necesario son los primeros atributos que debemos conocer y, pese a ser un coche aspiracional para muchos, el Ford Ranger Raptor es también la elección acertada y coherente para unos pocos.
Sus capacidades off-road y de carga lo sitúan en lo alto de la lista de profesionales relacionados con terrenos complicados, pero también ocupa la mente de aquellos que buscan un juguete para adultos. Este artículo va indicado para estos últimos, dado que, desde que hemos probado su variante diésel de 205 CV, formamos parte de ese grupo.
El principal escollo es el económico, porque con un precio de partida de 73.226 euros no podríamos hacernos con uno, incluso teniendo un garaje más grande. Y es que el tamaño es otro contra de la lista de inconvenientes para nuestro día a día. Aparcar un Raptor de 5,036 m de largo, 1,92 m de alto y 2,02 m de ancho no es tarea fácil en España, que todavía conserva plazas de la época de la pelotilla. Lógicamente, quien esté buscando un pick-up contará con el hueco para guardarlo a buen recaudo o, posiblemente, una finca entera donde estacionar sin pensarlo.
Aparcar en la calle es un reto, pero también puede concederte momentos de placer culpable al observar como la gente se fija en él. No es para menos. Esta variante única en el mercado está desarrollada por Ford Performance y no se conforma con ser grande. El Raptor luce todavía más imponente y atrevido que cualquiera de sus hermanos de gama, por lo que repasaremos los guiños estéticos que consiguen ese efecto.
Más es más
El diseño es el principal culpable del impacto que genera la unidad probada, con detalles distintivos como el paragolpes específico y la parrilla negra con las letras FORD en el mismo color. Este tono se repite en los pasos de rueda ensanchados, así como en unas salidas de aire del capó que muestran el espíritu prestacional del aporte de Ford Performance. La zaga sigue la línea radical con una bola de remolque negra y la rueda de repuesto escondida en los bajos.
Las estriberas metálicas facilitan el acceso al interior, pero también añaden un toque picante a primera vista. El habitáculo se distingue de otros Ranger por el rojo de los pespuntes del salpicadero, asientos y volante, así como la calidad de los materiales utilizados y el cuero. En el aro está presente la denominación Raptor, que también encontramos el reposacabezas y el marco de las puertas. Encima de los asientos delanteros encontramos un módulo de botonería tipo aviación para el sistema eléctrico de los accesorios adicionales como las luces del techo o frontal, neveras extraíbles, eslingas, etc.
Pero la clave en la evolución de esta generación de Ranger, y por ende del Raptor, es la presencia de una dotación tecnológica digna de un SUV premium. En el apartado de las pantallas, encontramos la instrumentación de 12,4 pulgadas con gráficas de ordenador de última generación y un espectáculo de bienvenida que pone los pelos de punta. La pantalla central, por otro lado, es de 12 pulgadas y funciona con el sistema operativo SYNC 4A, compatible con Apple CarPlay y Android Auto de manera inalámbrica. Me ha gustado especialmente la climatización en la zona baja de la superficie, que se repite de manera analógica justo debajo de esta y el equipo de sonido firmado por B&O.
Listo para la carga
No podemos olvidarnos de la esencia de un Ford Ranger, que reside en la complicidad con aquellos que requieren de cualidades todoterreno y capacidad de carga en su día a día. En esta nueva hornada, que comparte gran parte de sus componentes con el Volkswagen Amarok, nos encontramos un Raptor más 4x4 que nunca y con una zona de carga más amplia.
La zona de carga es más amplia que antes y, como novedad, tiene una útil persiana eléctrica para cubrirla. En el apartado de impresiones del interior hay más información sobre el habitáculo y la zona de carga. Mide 1,22 m de ancho y 1,56 de alto, con una altura de 53 centímetros y la opción de protegerse mediante una persiana enrollable y eléctrica. En su interior encontramos luces LED y dos tomas de corriente de 12 y 240V. Además, el Raptor tiene una capacidad de remolque de 2.500 kilogramos.
El diésel es menos pasional pero...
Los números de la cuenta corriente no afectan solo a la compra y con 11,7 l/100 kilómetros de consumo tras la prueba del modelo diésel de 205 CV, no quiero imaginar el coste de mantener el V6 gasolina. Ciertamente, las 2,5 toneladas de peso de este Raptor se dejan notar a la hora de moverlo, pero, con 500 Nm de par máximo y los sistemas de tracción, este pick-up ni parpadea a la hora de superar cualquier obstáculo.
Esta variante tiene las vías 90 milímetros más anchas que sus hermanos de gama y su altura libre al suelo es de 265 milímetros. Sin embargo, son sus aditivos Ford Performance la que le convierte en otro cantar. La suspensión es de acero y los amortiguadores FOX Live Valve modifican por completo el comportamiento del Raptor en asfalto y en fuera pista rápidas. También son específicos algunos refuerzos en el chasis, las torretas de los amortiguadores delanteros, soportes en los traseros y una placa inferior de acero que protege los bajos.
Con todo esto, puedes adentrarte en la más complicada de las rutas off-road del mundo, siendo un completo novato, gracias a su sistema de tracción y los modos de conducción. El primero de ellos cuenta ahora con un diferencial central que se encarga de los modos 4H y 4L (marchas cortas o reductora), además de contar con la tracción total para asfalto o la opción de enviar el par al eje trasero (modo 2WD). Se mantienen del anterior modelo los diferenciales delantero y trasero bloqueables.
Los modos de conducción actúan sobre la respuesta del acelerador, la caja de cambios de 10 velocidades, la dureza de la dirección, la tracción, el ABS e incluso el sonido del motor:
¿Por qué quiero un Raptor?
A lo largo de nuestra vida nos golpeamos de frente con un sinfín de “decisiones correctas” que suponen renunciar a ciertos riesgos y equivocaciones. Lógicamente, con un estilo de vida 90% urbano, tener un Ford Ranger Raptor es un sinsentido, pero ¿Qué sería de la vida sin esa pizca de locura? Eso sí, la diversión tanto fuera como dentro de las pistas no asfaltadas tiene un precio y es de algo más de 73.226 euros para la unidad probada.
No solo eso, en mis sueños al volante de un Raptor también sacrificaría un paso por curva estable y rápido. Más aún si montamos los neumáticos All-Terrain de esta versión, que tampoco ayudan a la hora de frenar el vehículo. Tampoco tendría el vehículo más confortable del mundo, pese a que ha mejorado notablemente su insonorización y ya no se oyen ciertos plásticos chocar entre sí.
Durante una semana lo he utilizado como vehículo para todo y, excepto la complicación para aparcarlo sin molestar al resto y su dirección poco precisa, he podido cumplir con mi día a día sin problemas. Incluso he viajado a Salamanca y Ávila, con las maletas en las plazas traseras y un buen susto a la hora de repostar su depósito de 80 litros de capacidad.