Cambio de armario: la ropa que puedes llevar y la que no al volante con el fin del verano
Con la llegada del otoño y el inevitable descenso de las temperaturas, los cambios no solo se notan en las hojas de los árboles. También es el momento en que los conductores tienen que hacer su propio “cambio de armario”, adaptando no solo su vestuario personal, sino también sus elecciones al volante.
Igual que las prendas veraniegas empiezan a ceder paso a los abrigos y bufandas, ciertos atuendos y costumbres al volante deben quedarse en el pasado hasta la próxima primavera. Aquí te contamos qué prendas te ayudarán a combatir el frío, y cuáles son peligrosas o muy poco recomendadas.
Lo que puedes llevar: guantes térmicos, chaquetas ajustadas y botas con suela flexible
Cuando las temperaturas descienden, las manos se resienten primero. Unos guantes térmicos son la opción ideal para mantener el calor sin sacrificar la agilidad al volante. El mercado ofrece modelos con buen agarre y diseño pensado para no entorpecer la conducción. La clave es que los guantes mantengan la sensibilidad en los dedos, ya que un mal control sobre el volante puede suponer un riesgo.
Las chaquetas gruesas tipo plumas o parkas suelen ser la elección de muchos en invierno, pero al volante pueden ser más un estorbo que una ayuda. Optar por una chaqueta ajustada o de corte más fino te permitirá moverte con libertad y mantener una posición cómoda y segura frente al volante. Las prendas voluminosas tienden a restringir movimientos y reducen el control sobre el vehículo, además de interferir con el cinturón de seguridad.
Por último, el calzado es esencial cuando se trata de seguridad en la carretera. En esta temporada, elige botas que mantengan los pies calientes pero que a su vez tengan una suela flexible y buen tacto. Necesitas sentir los pedales con precisión. Las suelas gruesas o muy rígidas, típicas de algunos modelos de invierno, pueden restarte sensibilidad y reflejos.
Lo que está desaconsejado: bufandas largas, calzado voluminoso o con tacón y gorros que limiten la visión periférica
Por más que el frío invite a envolverse en grandes bufandas, este tipo de prendas sueltas pueden enredarse fácilmente en los controles del vehículo, como el volante o la palanca de cambios. Esto representa un riesgo evidente. En su lugar, opta por cuellos altos o bufandas que puedas ajustar bien, evitando que queden demasiado flojas.
Las botas de nieve o cualquier tipo de calzado con tacón elevado están absolutamente desaconsejados. Pueden comprometer el movimiento rápido y eficiente entre los pedales, aumentando la distancia entre el pie y el pedal de freno o acelerador, lo que afecta directamente a la seguridad en situaciones de emergencia.
Aunque los gorros de lana y los sombreros de invierno son perfectos para mantener el calor corporal, algunos modelos de ala ancha o con orejeras pueden limitar tu campo de visión. En la carretera, la visibilidad completa es esencial para una conducción segura, por lo que es mejor optar por algo ajustado que no interfiera con tus movimientos o visión lateral. De hecho, las gorras tampoco son muy aconsejables, porque te pueden multar en algunos casos por llevarla puesta.
En la temporada de frío, además de asegurarte de que el coche esté en condiciones adecuadas (como revisar los neumáticos de invierno y el nivel de anticongelante), también es vital adaptar tu vestuario a las necesidades de seguridad en el vehículo. No solo se trata de estar abrigado, sino de garantizar que lo que llevas no interfiera en tus movimientos, ni en la capacidad de reacción.
Recuerda: la moda y la seguridad pueden ir de la mano, pero el exceso de capas, las prendas voluminosas y el calzado inadecuado pueden convertirse en tus peores enemigos al volante.