Consejos de conducción: ¿Cómo frenar correctamente?
En la segunda entrega sobre consejos para convertirte en un conductor excelente, de la mano de los instructores del Advanced Driving Center del RACC, hablaremos de una maniobra clave para nuestra seguridad: la frenada. Como sucede con la posición de conducción, que tratamos en el primer capítulo, muchos creen que es un detalle tan básico que no hace falta repasar. Sin embargo, la gran mayoría de conductores pueden estar años sin necesitar una frenada de emergencia, activar el ABS de su coche o realizar una maniobra de esquiva, de ahí que conocer una buena técnica será clave para evitar accidentes.
Lo primero, y más importante, es saber frenar con todas tus fuerzas. Por algún motivo, la media de usuarios de la vía no es capaz de apretar el pedal del centro hasta el fondo y con todo el peso que puedan. Según los instructores, muchos creen que romperán el coche, otros se asustan ante las reacciones del vehículo y algunos no confían suficiente o se ven superados por la situación. En ese sentido, realizar un curso de conducción en el Advanced Driving Center del RACC sirve para testear este tipo de maniobras en un entorno controlado y bajo la batuta de los mejores profesores en el ámbito de la conducción segura.
El ABS salva vidas
Todavía hoy puedes escuchar a conductores hablar del ABS, o cualquier ayuda a la conducción y sistema de seguridad (ADAS), con desgana y prepotencia. En los vehículos de antaño no existían dichas funciones y tuvieron que aprender a conducir, frenar y esquivar con sus propias manos. La tasa de siniestros era, por tanto, mucho mayor y los casos dramáticos se sucedían.
El sistema ABS es uno de los inventos más relevantes de la historia de la automoción, un sistema que ha salvado miles de vidas y que se hizo obligatorio en 2003. Se trata, básicamente, de un mecanismo que relaja de manera intermitente la presión del circuito de freno. Eso hace que no se bloquee la rueda y empiece a deslizarse sin control, una sensación que viví hace poco con un clásico y, os aseguro, es de lo más desagradable.
En la gran mayoría de fabricantes han elevado la eficacia del ABS hasta conseguir una presión intermitente de 30 veces por segundo ¿Podrías actuar igual sobre el pedal del freno descargando y cargando para limitar esa presión? De un piloto podría creerlo, pero la gran mayoría de conductores solo nos quedaríamos asustados sin saber reaccionar.
Una paralización que también se puede dar la primera vez que activas el sistema ABS que, tal como os mostramos en el vídeo, genera una serie de reacciones en el coche: el pedal del freno rebota de manera exagerada, como si algo estuviera fallando, y todo parece temblar. El instinto te pide que dejes de frenar, pero no, debemos seguir apretando a fondo al tiempo que estabilizamos la dirección.
Es ahí, en el tacto del volante, donde encontramos otra de las claves de una frenada de emergencia. Nos lo ilustran del siguiente modo: la rueda tiene una superficie del 100% que debemos repartir entre la frenada y la vuelta del volante. Si apretamos el pedal central hasta el fondo estaremos demandando un 80 de ese porcentaje, por lo que solo nos quedará un 20 para el giro y si demandamos un 40% sencillamente colapsará y se bloqueará. Esto supone, ipso facto, deslizarse sin control y más si el terreno tiene poca adherencia.
Tal como nos explican los instructores del RACC, el primer paso es frenar con fuerza para, a continuación, girar con sumo cuidado el volante y mirar allá donde queremos ir a parar. La vista es nuestro destino y la finura con la dirección será más que suficiente para evitar el impacto frontal o perder el control. En un momento de máximo estrés es complicado mantener la mente fría y confiar, de ahí la importancia de poder probar esas maniobras en un espacio controlado. Poder comprobar las reacciones del coche, sus capacidades y las ventajas de los sistemas de seguridad, nos ayudará a reaccionar mejor ante una frenada de emergencia c