El papamóvil con sabor ibérico: el día que Seat puso al Papa sobre las ruedas de un Panda
El Papa Francisco ha fallecido a sus 88 años este mismo lunes 21 de abril, según un comunicado de El Vaticano. Desde el 23 de marzo, el Papa sufrió una dura neumonía que le tuvo hospitalizado, aunque parecía que su estado estaba mejorando, finalmente la Santa Sede ha dado la peor de las noticias.
Uno de los aspectos más reconocibles de los Papas, además de su propia figura, han sido sus vehículos para desplazarse en sus viajes. Comúnmente se le ha conocido como el papamóvil y siempre han sido coches adaptados para que Su Santidad pudiera moverse de forma segura por los diferentes entornos.
De esta forma, es posible que muchos no se acuerden o, simplemente, no lo supieran, pero el Papa una vez durante los años 80 se movió en un Seat Panda adaptado en apenas 15 días y siendo un cambio de última hora.
Cuando el Papa recorrió España en un Seat Panda
La década de los año 80 es una de las más recordadas de todos los tiempos por la enorme aportación cultural que trajo. En el caso de España, durante el año 1982 se celebró la Copa Mundial de Fútbol, siendo uno de los eventos más importantes del planeta. Estos mismo ayudó a que, por aquel entonces, el Papa Juan Pablo II pisara nuestras fronteras por sus actos oficiales.
De hecho, como explicó Isidre López, responsable de Seat Históricos, este papamóvil fue casi improvisado, ya que en un principio la marca española no iba a ser la encargada de trasladar a Su Santidad. En este sentido, una comisión de El Vaticano viajó hasta Madrid para ultimar todos los detalles de las visitas a los estadios Santiago Bernabéu y Camp Nou.
Todo estaba preparado para que el papamóvil fuera un Range Raver, pero apenas unas semanas antes de la visita se dieron cuenta de que este coche no entraba por las puertas de ambos estadios. Fue entonces cuando entró en juego la marca española Seat como solución a este problema. Así pues, Isidre López explicaba que este papamóvil se realizó en apenas 15 días y sobre la base del icónico Panda.
De esta forma, el utilitario de moda español de aquellos años se convirtió en el vehículo papal más ibérico de toda la historia. De hecho, que fuera un Panda cobra un simbolismo mayor, reflejando que el papamóvil no solo es un coche que transporta al papa, sino que le acerca a todos sus fieles. En otras palabras, Juan Pablo II iba montado en un coche que era símbolo de la sociedad española, lo cual generó un aura de cercanía difícilmente igualable.
Con todo ello, el Seat Panda fue totalmente adaptado y convertido en una pick-up sin ventanillas en los laterales, con un parabrisas abatible y con la icónica estructura de barras traseras donde se coloca el papa. Todo esto en apenas dos semanas y en la Zona Franca de Barcelona, pues la marca estaba diseñando en Martorell el futuro Seat Ibiza.
Algunos detalles que hace de este papamóvil muy especial, además de su historia de creación, es que las llantas que utilizó eran del Seat Ronda, y sus tapacubos tenían un diseño con unas palomillas en forma de cruz. Tras toda la trasformación del Panda, los actos trascurrieron de forma normal y dejaron unas imágenes para el recuerdo colectivo.