Se acabó manipular los escapes, la normativa se endurece

La Unión Europea regula el nivel sonoro y de contaminación de los silenciadores de escape, una normativa que podían esquivar los usuarios manipulando unidades aftermaket.

Para los auténticos pretrolheads, la evolución del automovilismo y el sector de las dos ruedas supone la pérdida de un aspecto emocional muy importante. Las sensaciones de conducción se componen de muchos elementos, y sentidos, como puede ser el del oído. Normativa tras normativa, Europa ha conseguido reducir drásticamente la contaminación que expulsa un escape de motocicleta, pero también ha afectado a los niveles de ruido o melodía, según como se mire. Sin embargo, los usuarios han rodeado dichas regulaciones, una acción que también estará perseguida a partir de septiembre de 2023.

La Comisión Europea puso el foco en el ruido de las motos hace años, cuando aprobó una regulación sobre los decibelios y las normas antimodificación definidas en el Reglamento UE 168/2013. Este punto aplica los límites marcados por la UNECE R92 (silenciadores de mercados de reposición o aftermarket) y R41 (equipamiento original). Es por eso que, fabricantes de motocicletas y escapes, han renunciado al sonido para cumplir con la homologación, al tiempo que perdían la mala fama de su impacto acústico.

Esta adaptación fue consensuada y está defendida por la Asociación Nacional de Empresas del Sector Dos Ruedas (ANESDOR) y ACEM (Asociación Europea de Fabricantes de Motocicletas), que entienden la contaminación sonora como un aspecto a combatir para que las ciudades sean un espacio seguro, tranquilo y saludable para los ciudadanos. Un 80% de este impacto proviene del tráfico rodado, así que los silenciadores y dB-Killers se han convertido en una pieza indiscutible de cualquier sistema de escape completo.

Se acabó manipular los escapes

La nueva reglamentación pretende poner más complicada la modificación de piezas de aftermarket que, a partir de este 2023, también llegarán con directrices antimanipulación. La guía se ha escrito con la colaboración de las asociaciones nombradas anteriormente, pero también cuenta con el apoyo de la industria de accesorios y escapes de reposición. Yasuni, por ejemplo, entrega sus piezas con un libro de instrucciones para que puedas instalar su escape bajo las pautas de antimanipulación establecidas.

Al hacerse oficial esta guía ya no existen posibles dudas o marcos “alegales” para los usuarios que aprovechaban esos resquicios, como podía suceder con la extracción de los dB-Killer. A partir de septiembre, vendrá estipulada su correcta fijación, así como la de los conos silenciadores, ambos sistemas para limitar el ruido.

Todo con el objetivo de mantener a raya los casos aislados de modificaciones ilegales o irresponsabilidades en el mantenimiento de estos accesorios, que no pueden generar más de 91 decibelios en España y forman parte de la evaluación de la Inspección Técnica de Vehículo (ITV). Eso sí, también pueden pillar a los infractores mediante sonómetros y la multa estándar es de 200 euros, que puede ser superior si la zona en la que te encuentras tiene especificaciones especiales, como puede ser cerca de un hospital.

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