Tesla para su producción en Berlín por un incendio provocado por ecologistas
Nuevo capítulo en la controvertida historia de la fábrica de Tesla en Grünheide, localidad cercana a Berlín. La firma estadounidense se ha visto obligada a parar la producción y evacuar a sus trabajadores tras quedarse sin electricidad por, lo que se sospecha, un ataque de los activistas, que habrían prendido fuego cerca de las instalaciones.
Según ha adelantado el periódico local BZ, el incendio habría sido provocado por los activistas medioambientales esta misma mañana tras incendiar un poste eléctrico cerca de la planta de Tesla. Rápidamente, después de recibir la llamada de alerta, la policía y los servicios de emergencia se desplazaron a la localización para extinguirlo. Al ver una señal con la advertencia “artillería quemada”, también se activó una unidad de desactivación de bombas por seguridad.
La producción no se restablecerá pronto
A la hora de la redacción de este artículo, Tesla todavía no ha reanudado la producción de la planta y no espera hacerlo rápido. El fuego también habría provocado apagones en la zona de Freienbrink, cerca de Grünheide, al sureste de la capital alemana. Por suerte para la compañía, el fuego no se habría expandido hacia la factoría y tampoco hacia otras zonas habitadas ni sensibles. La policía no ha confirmado la autoría que el rotativo BZ ha otorgado a los activistas medioambientales.
No obstante, la hipótesis tiene sentido a raíz de los problemas que, ya desde su construcción, ha arrastrado Tesla con los ecologistas y la población local. La última batalla comenzó a librarse el año pasado, cuando la empresa capitaneada por Elon Musk inició los trámites para ampliar la factoría, que actualmente produce 500.000 coches al año, para ser capaz de ensamblar un millón de unidades anuales y hasta 100 Gwh al año de baterías para dominar el mercado eléctrico europeo.
Oposición vecinal y ecologista
Sin embargo, ecologistas y habitantes de los pueblos cercanos han puesto trabas a su actividad y se oponen a la ampliación, sobre todo, por problemas relacionados con la gestión del agua. Tesla se comprometió a vigilarlo y actuar para minimizarlo, pero, según dichas asociaciones, estas promesas han caído en saco roto.
En ese sentido, con los trámites y procesos para ampliarla en marcha, los planes de Tesla sufrieron un revés a principios de año después que los habitantes votaron en contra de la tala de árboles necesaria para expandir la factoría. Según las primeras informaciones, Tesla quiere ampliar 70 hectáreas más sobre las 300 ya construidas. A la votación, hay que sumar también la ocupación de parte del bosque colindante por más de 100 ecologistas, que además habrían construido tres casas y varias plataformas para evitar la expansión de la factoría.
Este nuevo inconveniente es solo un peldaño más en la escalera de tensión que separa los intereses locales con las ambiciones de Elon Musk, que deberá buscar una alternativa para convencerlos o mirar hacia otros sitios para llevar a cabo sus planes productivos.