‘The Power of And’, la estrategia multitecnológica de Toyota para Europa

Toyota confiará hasta 2035 en una oferta con coches híbridos, eléctricos, híbridos enchufables y de hidrógeno según las necesidades de cada mercado.

No es ningún secreto que Toyota no las tiene todas con la electrificación total. Que haya esperado hasta 2022 para lanzar un eléctrico es el ejemplo más claro. Asume que en Europa solo podrá matricular coches eléctricos a partir de 2035 -y que serán el núcleo de su oferta global para entonces-, pero aun así quiere llegar a esa fecha con una propuesta multitecnológica adaptada a las necesidades reales de cada cliente y mercado.

Como comentábamos, que no sea su propulsión favorita, no quiere decir que Toyota no apueste por la electrificación y ya anunciado, además de una inversión global de más de 30.000 millones para su transformación, que lanzará seis modelos de la familia bZ en Europa para 2026. No obstante, su plan para la próxima década pasa por combinar esos eléctricos con una gama completa de vehículos híbridos, híbridos enchufables y, por qué no, de hidrógeno. Esta estrategia ha sido bautizada como “The Power of And” (“El poder de Y”) porque Toyota quiere vender eléctricos “and” (y) híbridos e híbridos enchufables y vehículos de hidrógeno.

Prototipo de Toyota Corolla Cross de hidrógeno.

Toyota explicó en el Kenshiki Forum de Bruselas que, debido a la escasez de componentes, al alto coste de los materiales para producir baterías y la falta de una infraestructura de carga adecuada en la mayoría de países, es mejor utilizar una combinación de los distintos modos de electrificación posibles para optimizar la reducción de las emisiones de CO2 según cada país.

La marca japonesa puso un ejemplo práctico para entender su visión. Imaginemos un país poco preparado para los 100% eléctricos con un parque automovilístico de 100 vehículos. Si se recorta la oferta a únicamente eléctricos, los ciudadanos no apostarán por ellos, haciendo que su penetración se quede en, por ejemplo, dos de esos 100 vehículos. Pongamos por caso que, en ese mismo país, se ofrecen también híbridos convencionales, más baratos y sin la necesidad de recargar la batería, por lo que su demanda es más elevada y alcanza, por ejemplo, 50 de esos 100 vehículos. Pese a que un híbrido genera más emisiones que un eléctrico, la reducción de las emisiones totales de esos 100 coches será mayor con los híbridos que con los eléctricos.

Siguiendo este razonamiento, Toyota quiere una gama adaptada a las necesidades de cada mercado. La marca puso como ejemplo París, una ciudad muy preparada para los coches de hidrógeno, Alemania, donde los eléctricos cuentan con una infraestructura adecuada, y países como España, donde la escasez de cargadores dificulta el despliegue de eléctricos.

El rol de las plantas europeas

Toyota cuenta en Europa con un total de ocho factorías repartidas por todo el continente, con dos en el Reino Unido, en Deeside y Burnastone, una en Francia, en Valenciennes, otra en Portugal, en Caetano, dos en Polonia, en Walbrzych y Jelcz-Laskowice, una en la República Checa, en Kolín, y otra en Turquía, en Arifiye.

Según explicó Marvin Cooke, vicepresidente de producción de Toyota Motor Europe, en exclusiva a Neomotor, las factorías europeas serán muy importantes para desarrollar esta estrategia de electrificación. “Fabricamos en Europa el núcleo de la gama -Yaris, Corolla, C-HR-Landcruiser y Aygo X- que ofrecemos en los mercados europeos, así que creo que la electrificación ya está consolidada en las fábricas europeas”.

Marvin Cooke, vicepresidente de producción de Toyota Motor Europe.

“Hace más de 10 años que empezamos a fabricar los primeros híbridos en el Reino Unido. Ahora, todas nuestras plantas fabrican híbridos a partir de la plataforma TNGA”, detalló antes de añadir que “como hemos anunciado, pronto daremos un paso importante en el viaje de la electrificación cuando en 2023 empecemos a producir el C-HR no solo como híbrido, sino también como híbrido enchufable”. En ese sentido, Cooke confirmó que “produciremos la batería de la versión enchufable en Europa”. “Todo esto impulsa nuestra estrategia multitecnológica”, acabó.

Preguntado por cómo ha afectado la crisis de los chips a las plantas europeas, Cooke matizó que “la crisis es global y creo que la hemos gestionado bien. Hemos sido capaces de conseguir una cuota de mercado récord y mejoraremos este año en un mercado que cae”. “Lo que hacemos es trabajar continuamente con nuestros proveedores y tratamos de encontrar soluciones alternativas. Creo que la crisis continuará el año que viene, pero seguiremos trabajando siguiendo nuestra filosofía de producir coches de calidad, rápido y al precio más bajo posible”, añadió. Eso sí, Cooke admitió que “la primera línea roja que marqué cuando empezó la crisis fue que nunca empezaremos a producir un coche que no podamos terminar. Si no tenemos todos los componentes, no lo empezamos”.

Neutralidad de emisiones en 2040

Toyota se ha marcado el objetivo global de ser una compañía neutra en emisiones en 2050. Para Europa, sin embargo, la marca tiene un objetivo más ambicioso, fijando la fecha en 2040. Antes, en 2030, todas las factorías de la compañía en Europa deberán ser neutrales en emisiones, mientras que su oferta -como dicta la ley- lo será en 2035. Para ello, además de la electrificación de sus vehículos, la compañía trabajará en medidas de compensación y de generación limpia de la energía.

Marvin Cooke, puso en Bruselas el ejemplo de su planta británica de Deeside en el Reino Unido, donde se ha instalado un parque fotovoltaico de 10 hectáreas y se han implantado medidas para reciclar el 90% de sus desechos. Esta planta será neutral en 2025. Cooke explicó a Neomotor que “cuando miramos hacia la neutralidad, no todo tiene que ver con los productos. Las fábricas tienen un papel crítico”.

En ese sentido, Cooke detalló que “mi enfoque hacia la neutralidad de emisiones es el mismo que hacia la producción de vehículos. Como he dicho antes, tenemos que producir coches de calidad, rápido y a un precio razonable y el mejor modo de hacerlo es minimizando los desechos. Con la neutralidad pasa lo mismo, para alcanzarla tenemos que minimizar el gasto innecesario de energía, así que solo utilizamos energía o gas cuando es estrictamente necesario”. Cooke admitió que “la producción tiene una alta demanda de energía, pero la tecnología nos permitirá compensarlo con energía renovable, a veces generada por nosotros, y otros procesos menos exigentes”.

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