Te enseñamos lo básico sobre la recarga del coche eléctrico

Medidas como la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en España, que desde el 1 de Enero de 2023 impedirán a los coches más contaminantes acceder a núcleo de las ciudades, están motivando la compra de vehículos más sostenibles, entre los que destacan los electrificados, especialmente los recargables con sus etiquetas ECO y Cero emisiones.

Pero para generalizar el uso de este tipo de vehículos 100% eléctricos e híbridos enchufables, es vital contar con una buena infraestructura de recarga pública. Esto ayudaría a la población a familiarizarse con la desconocida recarga, ya que incluso muchos automovilistas con este tipo de coches todavía desconocen cuál es la más adecuada según las características de su coche. Y es que a la hora de hablar de recarga del vehículo eléctrico hay algunos conceptos relacionados con los tipos de cargadores, los conectores o los tiempos de carga, que pueden crear confusión.

La carga de vehículos eléctricos e híbridos enchufables depende principalmente de dos factores: la capacidad de la batería y la potencia del cargador disponible. La capacidad de la batería es la cantidad de energía eléctrica que ésta es capaz de almacenar, mientras que la potencia es la cantidad de energía eléctrica que el cargador puede suministrar al vehículo.

Como explica Ramon Calderón, responsable de e-Mobility Relaciones Institucionales en Seat, “el usuario de un coche electrificado tiene a su disposición diversos modos de carga: tipo 2 (carga lenta), tipo 3 (carga semirrápida) y tipo 4 (carga superrápida o ultrarrápida). Según la capacidad que tenga la batería de nuestro coche y la potencia del cargador y el cable conector, nos llevará más o menos tiempo cargarla”, explica Calderón.

Si tenemos en casa un coche híbrido enchufable o eléctrico pequeño, podemos dejarlo cargando por la noche en el garaje con un tipo de carga 2 o carga lenta. Con esta opción, el vehículo se conecta a la red eléctrica mediante un adaptador que garantiza la seguridad de la recarga y que está dotado de un enchufe doméstico, de los que tenemos en casa (tipo Schuko). En este modo, (para una potencia de 3,6 kW) un híbrido enchufable tarda de media entre 3 y 4 horas en cargar de 0 al 100% de batería, y un eléctrico, unas 16 horas de media.

Si tenemos un coche 100% eléctrico o un híbrido enchufable de gran autonomía, la opción más recomendable es el modo de carga tipo 3, también conocido como semirrápido. Requiere un punto de carga de pared, coloquialmente conocido como wallbox, que incorpora sistemas de protección para la seguridad de la instalación eléctrica y del vehículo. Este modo nos permite trabajar con potencias superiores en casa. Un híbrido como el Cupra Formentor podría cargarse en menos de 3 horas y un 100% eléctrico en menos de 10 horas de media.

Fuera de casa, lo más habitual es encontrar puntos de recarga de tipo 3 o semirrápido, ya que es obligatorio que como mínimo sean de este nivel de recarga. En éstos la conexión se realiza mediante conectores Mennekes, y con una potencia de en torno a 11 kW, el tiempo medio de carga será de entre 30 minutos y 1 hora para un híbrido enchufable, y de entre 4 y 6 horas para un 100% eléctrico.

El modo 4 o superrápido, está indicado únicamente para vehículos 100% eléctricos con alta autonomía, y permite en muchos casos cargar hasta el 80% de la batería en poco más de 30 minutos con una potencia de 100 kW. La recarga en modo 4 se realiza en corriente continua, a diferencia de los modos anteriores, que se realizan en corriente alterna. El conector estándar más utilizado para este tipo de recarga es el CCS.

“Son cargadores que, por su elevado precio y coste de instalación, ni han sido concebidos ni son recomendables para uso doméstico y, junto con el modo 3, son los que encontrará el usuario en centros comerciales, vía pública o centros de trabajo”, explica Calderón. Dentro de los cargadores modo 4 existen también los de carga ultrarrápida, especialmente pensados para las estaciones de uso público exteriores o electrolineras, donde podemos recargar el vehículo durante trayectos largos o situaciones en las que dispongamos de muy poco tiempo. Con este modo, que puede superar los 350 kW de potencia, un coche 100% eléctrico de media se cargaría en menos de 30 minutos.