Citroën saluda al futuro y cambia su imagen con el nuevo Oli
Sencillo, barato y eléctrico. Citroën desafía las tendencias con un prototipo de coche eléctrico al estilo Ami.
Citroën vuelve a romper moldes con el lanzamiento de su nuevo concept car, el Citroën Oli. Esta vez se trata de un coche bajo las mismas premisas de ahorro, simplicidad y abaratamiento de costes que el Ami. ¿Su razón de ser? Democratizar la movilidad eléctrica. El Citroën oli se pronuncia [all-ë] que, en inglés, nos recuerda a la palabra all (todos).
Todavía se encuentra en fase de prototipo (y nos da que no saldrá al mercado), pero el atrevimiento y descaro de la firma del chevron nos hace imaginar un futuro próximo para este eléctrico, cuyo precio rondaría los 25.000 euros si decidieran lanzarlo al mercado. Empezando por la reinterpretación del logotipo 'deux chevrons', que se incluirá en los próximos modelos junto a la identidad corporativa de Citroën.
Este modelo desafía lo convencional con formas simétricas y soluciones asequibles, claves a la hora de reducir el peso del vehículo y la complejidad de su fabricación. En resumen: más barato de hacer y de comprar. Todo ello sin olvidarnos de la sostenibilidad, con presencia de materiales reciclables y reciclados, además de su propulsor cero emisiones.
El heredero del Ami
Al ver al Citroën Oli es imposible no pensar en el Ami, un concepto que ha conseguido captar nuestra atención e incluso se ha agotado en minutos. Hablamos del lanzamiento de la variante Citroën My Ami Buggy, con un precio de 9.790 euros, con detalles específicos para circular por terrenos complicados.

¿Qué es el Citroën Oli?
El Oli es un conceptcar inspirado en los coches de los 70, con una clara fijación en el peso y su tamaño. Desde la firma del chevron se lo plantean como un laboratorio de pruebas, con el que experimentar soluciones que puedan servir para los modelos de producción del futuro. Es decir, su figura de líneas cuadradas, que nos recuerda a los Lego de nuestra infancia, no llegará a las fábricas de la marca (por ahora).

Irreverente y funcional
El diseño del Citroën Oli es su mayor cualidad, o debilidad. La firma ha apostado por unas líneas nada convencionales y demasiado simétricas. Su tamaño, de 4,20 metros de largo por 1,65 m de alto y 1,90 m de altura, lo sitúan en el segmento C, pero sin competencia directa en el horizonte. La simplicidad es su punta de lanza, con una reducción notable en el uso de piezas y componentes, además de la utilización de materiales ligeros y responsables con el medio ambiente.

Tampoco podemos pasar por alto la presencia de un parabrisas completamente vertical, una decisión poco aerodinámica pero acertada para una movilidad urbana con mucha visibilidad. Las puertas se abren al estilo suicida y deja ver un interior amplio, despejado y de simplicidad asombrosa, con un único travesaño con soportes para el móvil a modo de salpicadero. Además, cuenta con una capacidad de carga muy interesante e incluso puede convertirse en una especie de pick-up con hasta 1.050 mm de distancia para objetos largos.

Un dispositivo eléctrico
La firma del doble chevron nos tiene acostumbrados a sus renombramientos de vehículos, como si fueran algo más que coches. La idea es entender al Citroën Oli como un dispositivo eléctrico más y, como tal, su utilización tiene que ser amigable y reconocible para todo tipo de usuarios.
