¿Sabías que Alfa Romeo fue el primer campeón de la Fórmula 1?
En la carrera inaugural de Silverstone de 1950 consiguió la pole position, la vuelta rápida y la victoria final, además de copar todo el podio
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No todo el mundo sabe que Alfa Romeo fue la primera marca de vehículo que ganó el primer Gran Premio de la Fórmula 1. “Nino” Farina a bordo de un Alfa Romeo Gran Premio Tipo 158 «Alfetta» se alzó con la victoria en la prueba inaugural de la categoría reina de automovilismo celebrada en Silsverstone en 1950.
El Alfetta de 1938 que ganó el primer Gran Premio de Fórmula 1 es una joya de la tecnología. El motor de 8 cilindros en línea, 1.5 litros y 185 cv de potencia diseñado por Gioacchino Colombo, jefe del departamento de diseño, que ansiaba un motor potente, ligero (165 kg) con una aceleración instantánea y absolutamente fiable. El cambio se montaba en la parte trasera, formando un bloque con el diferencial. Es el famoso esquema «transaxle», una solución que la marca usó también en los vehículos de producción en serie.
La Segunda Guerra Mundial rompió el hilo de la investigación y detuvo la evolución de los automóviles Alfa Romeo, pero las soluciones técnicas previstas por el proyecto fueron lo suficientemente sofisticadas como para ser válidas en el periodo de la posguerra y, en algunos casos, hasta el día de hoy.
Amantes de la marca esconden el Alfetta
El vínculo entre los modelos Alfa 158 de antes y después de la guerra no era solo una cuestión estética, sino que los modelos de la posguerra eran literalmente los mismos que los de antes de la contienda, ya que se habían escondido durante el conflicto.

Justo cuando el convoy iba a partir, una patrulla de la Wehrmacht apuntando con sus armas y detiene el traslado. Afortunadamente, el piloto de pruebas Pietro Bonini era suizo y había vivido en Berlín durante bastante tiempo. Hablando en perfecto alemán y agitando un salvoconducto logra salvar la situación. El convoy se pone en marcha. Los coches 158 se llevaron a garajes y cobertizos de granjas, ocultos detrás de falsas paredes o pilas de leña, a la espera de tiempos mejores.
La estrella del “Gran Circo”
Poco tiempo después del final de la guerra, esos mismos modelos Alfetta 158 se llevaron de vuelta a la fábrica de Portello, se restauraron y prepararon cuidadosamente para volver a competir. Y volvieron a ganar de inmediato, a pesar de que no existía un Campeonato como tal. Entre 1947 y 1948, Nino Farina triunfa en el Gran Premio de las Naciones en Ginebra, Varzi fue el primero en cruzar la línea de meta del Gran Premio del Valentino en Turín, y Tossi barre a la competencia en el Gran Premio de Milán. Alfa Romeo seguía siendo el equipo a batir.

Dominio absoluto de Alfa Romeo
El Alfetta 158 era el máximo exponente de la tecnología automovilística del momento por su combinación de velocidad, maniobrabilidad y fiabilidad. En su debut (1938), tenía un motor de 1.5 litros con un compresor que le permitía rendir 185 caballos. Pocos años después de la guerra, el compresor se convirtió en doble etapa y el motor alcanzó los 275 cv y más tarde los 350 cv (a 8.600 rpm) en 1950. Gracias a su extrema ligereza, su relación peso/potencia era de solo 2 kg/cv, un dato que rivaliza con el de los superdeportivos actuales.

El 3 de septiembre de 1950, en el Gran Premio de Monza, Alfa Romeo probó las soluciones técnicas del Alfetta 159, desarrollado para que participara en el Campeonato del año siguiente. El nuevo Alfetta debutó con una victoria. Al volante estaba Nino Farina, quien se convirtió así en el primer Campeón del Mundo de Fórmula 1.
El Alfetta 159
Durante las carreras de 1951 los técnicos lograron una vez más obtener potencia extra y alcanzar el hito de 450 cv. Gracias a este esfuerzo final (y a unos pilotos de gran talento), el por entonces Alfetta 159 triunfó en los GP de Suiza, Bélgica, Francia y España, con 11 podios y vuelta rápida en las 7 carreras disputadas.

La película se estrenó el 24 de octubre de 1951 y, cuatro días después, Juan Manuel Fangio gana el Gran Premio de España y se convierte en Campeón del Mundo a bordo del Alfetta 159. Es la segunda victoria consecutiva. Alfa Romeo había ganado los dos primeros Campeonatos Mundiales de Fórmula 1 de la historia y en ese momento podía retirarse invicta y dedicarse por completo a la producción en serie.