BMW Serie 2 Active Tourer PHEV: el familiar de 245 CV que cumple con todo
En el mundo del automóvil existen clientes que priorizan el diseño, otros apuestan por motores eficientes, sistemas de seguridad de vanguardia, espacio interior para su familia e incluso un cierto grado de diversión al volante. Parece ser que ganar en un atributo significa perder de algún otro, pero no siempre es así. Pese a la desdicha de los monovolúmenes, modelos como el BMW Serie 2 Active Tourer 225e xDrive (toma de contacto) nos recuerdan sus motivos de ser, y lo hacen con un punto picante derivado de su electrificación. Hemos podido probarlo durante una semana, con viaje largo incluido, y estas son nuestras conclusiones.
Existen dos versiones híbridas enchufables de este modelo, la probada 225e xDrive y la 230e xDrive. Ambas comparten motor de combustión, un tricilíndrico de 1,5 litros, y la batería de 14,2 kWh de capacidad, pero se diferencian en el aporte de potencia térmica y el bloque eléctrico. El primero rinde 136 CV de motor gasolina, apoyado del cero emisiones de 109 CV (90 kW), llegando así a los 245 CV (180 kW) de potencia combinadas. Es tracción total, como también lo es el 230e xDrive de 326 CV combinados, del que esperamos grandes resultados tras la prueba de su hermano menor.
Más eléctrico y eficiente que nunca
La última actualización del Serie 2 Active Tourer híbrido enchufable ha supuesto una evolución notable en su comportamiento como PHEV, especialmente por el mayor rango de autonomía eléctrica e impulso. Lo han logrado gracias a la instalación de una batería más grande, dado que anteriormente era de 8,8 kWh y se quedaba por debajo de los 60 kilómetros de rango cero emisiones.
En este caso, el BMW 225e xDrive está entre los 77 y 85 kilómetros homologados, por lo que también suben la cantidad de km que podemos realizar en modo híbrido, hasta los 605 kilómetros. El primer dato no lo vimos durante nuestra semana con el coche, que siempre se quedó en torno a los 72 km de autonomía eléctrica al realizar poco trayecto urbano, un entorno por el que se mueve fácil gracias a la asistencia de la dirección y las ayudas a la conducción del Innovation Package (3.787 euros) con Parking Assistant Plus de vista cenital para el aparcamiento, Remote 3D View y BMW Drive Recorder, que recuerda los pasos realizados para aparcar.
En un recorrido corto, realizado por carretera convencional a velocidades contenidas por el tráfico, el Serie 2 Active Tourer marcó unos interesantes 5,8 l/100 km. Repetí dicho trayecto con la batería al 90%, firmando entonces un gasto combinado de 2,3 l/100 que podría haber reducido en caso de tirar del modo eléctrico.
Parece ser que ese es su hábitat natural como PHEV, pero no me disgustó su eficiencia en viajes más largos y zonas de curvas. Esto último tiene mucho que ver con la tracción total de las versiones PHEV, pero también por la suspensión deportiva M que rebaja la altura respecto al suelo en 15 milímetros. Me sorprendió el aplomo del Serie 2 Active Tourer en curva, así como el confort de rodadura a velocidades elevadas y la refinada actuación del control de crucero adaptativo e inteligente, ideal para superar cualquier retención de manera relajada, dejando que el coche se encargue de las acciones básicas.
Tras más de 600 kilómetros por vías rápidas, la media se situó en 6,2 l/100 km, siempre a la velocidad máxima permitida. Es un dato de lo más adecuado, teniendo en cuenta la conducción y que viajamos 5 adultos con sus respectivos equipajes para 5 días, que no son pocos y que demostraron la auténtica ventaja de los monovolúmenes: su habitabilidad. El maletero es de 406 litros, así que pierde respecto a las variantes con etiqueta C, que ofrecen 470 litros de capacidad.
Tecnológico y espacioso
El BMW Serie 2 Active Tourer es un auténtico superviviente del mercado, ansioso por deshacerse del segmento que hace una década suponía estatus social elevado. Ahora los SUV están al mando, desplazando los puntos positivos de un monovolumen por su “poca agraciada estética”. El gusto es algo subjetivo, pero, claro está, el Serie 2 Active Tourer no es el modelo más atractivo de la gama bávara, pese a los retoques en el frontal de su última actualización.
Estrenó parrilla de mayor tamaño en combinación con unos grupos ópticos LED más finos y estilizados, con entradas de aire contundentes y un paragolpes de carácter deportivo. Sin embargo, ni el parabrisas más inclinado consigue evitar la silueta con forma de huevo y de corte vertical exagerado en la zona posterior. Las barras del techo y las llantas de aleación de 18 pulgadas (958 euros) le confieren cierto toque crossover, pero no llega a entrar por el ojo pese al acabado M y el color San Remo (864 euros).
Eso sí, al acceder al habitáculo todo empieza a tener más sentido. La unidad probada lucía un interior de Cuero ‘Vernasca’ Oyster que cuesta 1.538,60 € y que no es del todo recomendable para viajar con niños, especialmente por el cuidado que requiere el tono claro de los asientos. ¿Es precioso? Sí, pero es delicado y eleva el coste final del modelo probado a los 52.525 euros.
El equipamiento incluye la pantalla de instrumentación de 10,25 pulgadas configurable y la central, que es táctil y con botones, de 10,7 pulgadas. Ambas están unidas y son curvas, sin llegar a ser tan sofisticadas como la Hyperscreen de un Mercedes-Benz EQE SUV, e incorporan lo último en resolución, calidad de imagen y compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto, vital para viajar. Además, el modelo probado añadía (1.479 euros) el paquete comfort con sistema de audio HiFi Harman Kardon de doce altavoces y sus preciosas molduras de acero inoxidable iluminadas.