Prueba de larga duración con el Smart #1

Sometemos al Smart #1 eléctrico a la primera prueba de larga duración

Todavía no ha llegado a los concesionarios y ya hemos viajado mil kilómetros con el Smart #1

Quien esté interesado en este modelo seguramente ya habrá leído mucho sobre la nueva refundación de Smart, procedente de la participación de Mercedes-Benz y la firma china Geely al 50%. Y, en efecto, constatamos que realmente es una nueva marca. Y hemos tenido la suerte de poderlo comprobar durante una prueba de 1.200 km, el resultado de ir con este nuevo Smart #1, recordemos que eléctrico puro, desde Lisboa a Madrid, y de allí a Valencia, para una vez en la capital levantina realizar una prueba de una semana de uso normal, la que podríamos hacer cualquiera diariamente, mucha ciudad, autopista, carretera, y muchos kilómetros buscando aparcamiento. Bueno, esto se podría considerar incluido dentro del uso urbano. Os vamos a contar nuestras conclusiones sobre este Smart #1, un nuevo modelo al que todavía le quedan varios meses para que llegue a nuestro mercado.

No voy a hablar del diseño, aspecto del que se ha ocupado la parte del 50% correspondiente a Mercedes-Benz, la parte de Geely se ha encargado de baterías, tecnología... En las fotos y en los vídeos lo podréis ver, pero cuando la gente se queda mirándolo por la calle y alguno hasta se atreve a preguntarte por el coche quiere decir que la atención la capta. Y eso es muy bueno. Realmente han hecho un muy buen ejercicio de diseño.

Salida del viaje con el Smart #1 desde Lisboa

Cuando te sientas ya percibes inmediatamente que hay un salto de calidad palpable entre los antiguos modelos Smart y el nuevo Smart #1. Tampoco pude pararme a analizarlo en profundidad porque arrancamos rápidamente con la ruta desde Lisboa. No había tiempo que perder. Y lo primero que llama la atención es que después de buscar infructuosamente el botón de arranque me decidí a pulsar la directa sin más. Y el Smart #1 obedeció al acelerador y comenzó a rodar. Conclusión, no hay botón de arranque, que si bien lo piensas no es muy necesario.

Hasta Madrid hay una distancia de más de 600 kilómetros. La autonomía WLTP que nos da para la versión Premium es de 440 km, en circuito mixto, es decir, carretera y ciudad. Al contrario de lo que sucede con los vehículos de combustión, los eléctricos cuando más consumen es en carretera puesto que a velocidades altas, constantes y sin muchas posibilidades de regeneración la batería se descarga a mayor velocidad. Y si subes un puesto de montaña de rampas interminables siempre estás mirando de reojo la barra de consumo. Lisboa 0 m sobre el nivel del mar. Madrid 657 m. Pues eso.

Yo me decidí por llevar una velocidad real en autovía, dentro de los límites legales, nada de velocidad eficiente. Y al llegar a Mérida, la parada prevista para recargar, el consumo que me ofreció el Smart #1 fue de 19,2 KWh/100 km. Si tenemos en cuenta que el consumo mixto ofrecido por la marca WLTP es de 16,7 KWh/100 km puedo decir que está más que bien, dadas las circunstancias de ascenso tendido.

Parada para recargar las baterías

Lo que aconsejé a la marca, vista la experiencia a la hora de realizar la recarga, era que ofrecieran como opción una estatuilla para el salpicadero de San Judas Tadeo, patrón de las causas difíciles. Para variar problemas con el punto de recarga. Llamada a la compañía, reinicio del terminal... En fin, esto va muy rápido y ha cogido mucha velocidad, pero todavía falta un impulso y apuesta firme por parte de las autoridades.

Un aspecto muy importante, y está muy bien trabajado, es el de los asientos. Muy cómodos y diseñados de tal manera que minimizan mucho, pero mucho, el cansancio de un viaje largo como ha sido este. Otro matiz, para mí, importante no, lo siguiente, sobre todo a la hora de viajes largos como este, es un buen equipo de música, y puedo confesar que una vez bien ecualizado, a mi gusto, este equipo Beats me hizo disfrutar de lo lindo. Pureza de sonido, y una definición de las gamas agudas, medias y graves de alta factura. Además, la calidad de vida a bordo viene potenciada por una insonorización del habitáculo muy bien trabajada. Se nota. Y otro atributo que también ayuda a la reducción del cansancio son sus faros con luces led matriciales. Algunos faros de los que están arriba de un acantilado los quisieran.

El Smart #1 Brabus tiene detalles deportivos en su carrocería

El motor, a excepción de la versión deportiva Brabus es de tracción trasera, con una entrega de 272 CV y configurable a tu gusto con el Drive Mode en Confort, Eco y Sport. Se agradece que puedas elegir el tipo de conducción adecuada a cada circunstancia. El modo Sport es muy divertido, pero sientes la llamada de la recarga con mayor celeridad. Es un eléctrico puro y como tal la entrega de par es inmediata, si la requieres. Y la amortiguación transmite seguridad en la carretera, con unos buenos apoyos en curva, si excesivos rebotes. Y además filtra mucho los badenes de las carreteras lo que aumenta mucho la comodidad, sobre todo si vives en ciudades en las que los ayuntamientos gusten de ellos en demasía.

Volviendo de nuevo al viaje hasta Madrid, el consumo total se situó en 18,5 KWh/100 km, se redujo porque la mayor subida del terreno se daba el principio.

Llegada a Valencia con el Smart #1

Una vez en Valencia con un trayecto medio de 20 km de autovía diarios más algunos de ciudad, en los cuales el consumo, gracias a la regeneración en las frenadas, desciende respecto al de carretera me daba un consumo medio diario de alrededor de 16 KWh/100, por debajo del consumo medio ofrecido por la marca. Con una sola recarga tuve de sobra para una semana entera, lo cual está muy bien. A ello ayuda el que disponga del sistema E-Pedal, con el cual la retención, y por tanto la regeneración de energía, aumenta hasta el punto que en el 80% de los casos se circula solo con el pedal de acelerador puesto que no es necesario tocar prácticamente el freno. Aunque sería de agradecer que cada vez que se conecta el E-pedal no dejara 10 segundos el mismo mensaje contando sus bondades.

Otro aspecto a destacar es la inversión en seguridad, aunque debería de ser un poco menos sensible puesto que por ciudad es un festival de pitidos, anunciándote hasta una hoja de un árbol que cae 20 m más adelante. Sobre todo, porque a cada pitido te corta la música, y eso no me gusta. No me he parado a bucear en su configuración, espero que sea configurable. Otra cosa que se me ha quedado por averiguar es el porqué del salto aleatorio de la alarma al cerrar el coche. Este se cierra automáticamente simplemente cuando te alejas, lo que es muy cómodo, pero los sustos del principio cuando salta la alarma no son aptos si tienes marcapasos. Todos estos “problemillas” los achaco a que es un modelo preserie. Faltan varios meses hasta que podamos verlos por la calle y quedan algunas cosas para redondearlo. Pero pocas y sin importancia.

Todos los controles en el Smart #1 son digitales

Lo que sí añadiría son algunos botones físicos, por lo menos de funciones habituales. Funciona prácticamente todo en base a la pantalla central, hasta la regulación de los espejos retrovisores. Está claro que es la tendencia del mercado, y que una vez configurada tu posición al volante y la registres con tu perfil de usuario no lo vas a echar en falta, pero aun así...

Una cosa que ha gustado ha sido la configuración de las luces interiores, con la posibilidad de elegir a tu gusto la combinación de varios tipos de colores. Todo contribuye a crear un buen ambiente de vida abordo

Poco más que decir. Si has aguantado hasta aquí te habrás dado cuenta de que este Smart #1, eléctrico, tecnológico y muy atractivo, va a ser un coche que va a valer mucho la pena. De hecho, es de los que ahora que me toca devolverlo me da lastimilla. Y eso dice mucho de él.

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