Volkswagen ‘R Ice Experience’, o cómo aprender a conducir derrapando

Este curso de la Volkswagen Driving Experience es el más exclusivo y extremo de todo su catálogo.

La Volkswagen Driving Experience es el plan perfecto para cualquier amante del motor, ya que te ofrece la posibilidad de perfeccionar tu técnica al volante mientras te diviertes pilotando coches potentes en contextos increíbles. Y de todos sus programas, la R Ice Experience en Laponia es la más exclusiva y completa, ya que no se me ocurre otra forma más estimulante, rápida y efectiva de mejorar a los mandos de un coche, que derrapando sobre un lago helado.

Para hacerse una idea de lo que es este curso, imaginaos que para aprender a andar antes nos sueltan en medio una pista de patinaje sobre hielo, donde simplemente mantener el equilibrio ya es todo un logro. Cuando vuelves a tocar tierra firme todo te va a parecer mucho más sencillo, seguro e intuitivo. Pues esa es la misma sensación que tuvimos cuando al regresar a España volvimos a coger nuestro coche sobre asfalto.

Derrapando con el Golf R 20 aniversario

Fueron tres días derrapando en un lago completamente congelado en la población sueca de Arvidsjaur, bajo las directrices de un experto equipo de instructores, y con la ayuda del doble campeón del mundo de rallyes, Luis Moya. El embajador de Volkswagen es todo un experto en seguridad vial y sus consejos fueron vitales para perfeccionar nuestra técnica al volante.

Volkswagen Driving Experience

Este curso en el ártico se llama ‘R Ice Experience’ porque se realiza con uno de los coches más potentes y deportivos de la marca: el Golf R. Con el añadido de que en esta ocasión, y debido a que hace dos décadas nacieron tanto la Volkswagen Driving Experience como el Golf R, empleamos los Golf R 20 aniversario, que cuentan con una preparación deportiva específica en la que sobre todo destaca el aumento de potencia de 320 a 333 CV.

Los ID.5 GTX también formaron parte del curso

También nos acompañó en la experiencia el Volkswagen ID.5 GTX, con el que comprobamos que un eléctrico también puede ser súper divertido de conducir. No se mostró tan ágil y dinámico como el Golf R, pero nos sorprendió lo rápido que podía ir sobre hielo una vez te acostumbras a su mayor peso y a la brutal entrega de par inmediato que ofrece. Ya tuvimos la ocasión de probarlo anteriormente, pero esta nueva toma de contacto en condiciones extremas nos confirmó tanto la deportividad de la versión GTX, como la gran autonomía eléctrica que ofrece pese a que el frío es uno de los peores enemigos de las baterías.

Conducir, conducir y conducir

La teoría es esencial, pero la práctica lo es todo a la hora de mejorar. Volkswagen lo tiene claro y por ello centra esta experiencia en que los alumnos pasen las máximas horas posibles a los mandos del coche. Eran casi ocho horas por jornada sin apenas parar de conducir sobre unos impresionantes circuitos sobre un gigantesco lago helado sobre el que cada día se variaba el trazado para perfeccionar la técnica.

Pistas sobre el lago helado

Todo está diseñado y supervisado para que la experiencia, pese a las condiciones extremas, sea lo más segura posible. Además de la explicación previa sobre técnicas de conducción, los instructores también están presentes en la pista para guiarte en la conducción: ya sea haciendo ellos una demostración, o copilotando el coche para corregir tus errores. De este modo se logra mejorar paulatinamente y de una forma natural, pasando de apenas deslizar el coche en las primeras vueltas, a acabar el curso cruzando el coche a altas velocidades en casi cada viraje.

Conducción con el Golf R 20 Aniversario

Además, estás conectado en todo momento por ‘Walkie Talkie’ con los instructores y las asistencias, para pedir ayuda si cometes un error y te sales de la trazada. Enseguida viene un Touareg a rescatare y sacarte para que puedas seguir rodando lo antes posible. El diseño de la pista hace que los márgenes de seguridad sean extraordinarios, lo que invita a evolucionar sin miedo a sufrir un accidente de gravedad. Os podemos asegurar que todos los presentes fuimos muy muy rápido, y ninguno sufrió ni el más mínimo daño. Aunque no podemos decir lo mismo de los coches...

Un coche rápido y a prueba de bombas

Ya sabíamos que el que Volkswagen Golf R era un coche potente y sumamente divertido de conducir; pero desconocíamos lo resistente que es. Rara era la vuelta al circuito del lago helado en la que no te comieses un talud de nieve por ir demasiado rápido, atropellases algunas bola de hielo, e incluso acabases estancado fuera del trazado. Es decir, que sometimos a los pobres coches a una tortura durante tres días. Y el resultado de todo ello fueron algunas rayas en la carrocería y, en el peor de los casos, alguna rejilla partida. Ni un fallo mecánico, ni una avería de gravedad, ni un parachoques suelto... Es increíble lo bien construido que está el Golf. No se me ocurre una forma mejor de comprobar la fiabilidad de un modelo y una marca.

Interior del Volkswagen R 20 Aniversario

Y ya que hablamos del Golf, no se puede obviar la deportividad de la versión R 20 aniversario. Como hemos comentado antes, esta edición especial es más potente con 333 CV, pero además cuenta con el sistema DDC de amortiguación de dureza variable, el paquete R Performance (aumenta su velocidad máxima a 270 km/h, llantas de aleación de 19 pulgadas y un alerón posterior más grande para favorecer la aerodinámica), un interior con cuero Nappa, y los extraordinarios escapes Akrapovic.

Escapes Akrapovic

Ofrece cuatro modos de conducción: Comfort, Sport, Race e Individual. Y dentro de Race es donde se hace la magia, ya que se dispone de los submodos: ‘Drift’, para derrapar, y ‘Special, diseñado para el circuito Nürburgring-Nordschleife. Este último es el que llevábamos puesto en las pruebas ya que para de derrapar sobre hielo no hace falta nada especial, además de quitar por completo las ayudas tras haber ido restando poco a poco asistentes en las primeras vueltas.

Conducción nocturna sobre el hielo

Sin ningún tipo de ayudas a la conducción, con toda la potencia de la versión 20 aniversario disponible, y sobre un terreno tan impreciso y traicionero como el hielo, el Golf R ofrecía un comportamiento soberbio. Con la tracción a la cuatro ruedas, el gran trabajo de los diferenciales, y una dirección súper precisa, transmitía tal seguridad en su manejo que invitaba a ir buscando los límites en cada vuelta. Eso sí, había un elemento fundamental para ello: los clavos en las ruedas. Los neumáticos contaban con clavos de 3,5 milímetros delante y 2 milímetros atrás, la medida justa para tener control sobre el coche, sin impedirnos hacer grandes derrapadas.

Una experiencia inolvidable

Tanto si eres cliente o no de Volkswagen, esta experiencia es 100% recomendable. Lo es, porque más allá de la conducción te llevas un recuerdo para toda la vida en un entorno idílico. Porque no hay nada más divertido para un amante del motor que conducir y derrapar sobre un lago helado. Pero, sobre todo, porque conducir tres días en estas condiciones te enseña más que cualquier curso sobre asfalto. Enfrentarte a reacciones del coche que difícilmente podrás experimentar el el día día, y controlar el coche en situaciones extremas, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Y en carretera no hay nada más importante que la seguridad.

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