París da un paso más allá: las gasolineras empiezan a prohibir la venta del diésel
Para nadie seguirá siendo noticia que la Unión Europea busca soluciones para los problemas de contaminación. Por ello, en Francia la capital ha empezado a tomar medidas serias contra el diésel, un tipo de carburante que genera muchas partículas contaminantes.
De hecho, Francia ha sido siempre uno de los países que más uso ha dado a este tipo de motorización. Tanto el grupo PSA como Renault apostaron desde hace tiempo por el diésel, pero ahora París se encuentra en pie de guerra contra este carburante.
París prohíbe la venta de diésel en algunas gasolineras
Desde el 1 de octubre, hasta 4 gasolineras de la empresa TotalEnergies han tenido que retirar de sus surtidores el diésel. Todo ello como medida para que sirva como preludio de que en 2030 no habrá ningún vehículo que circule con diésel por la capital.
Por el momento, solo estas cuatro gasolineras han tenido que quitar este carburante, pero la idea es que en el futuro todas las estaciones no tengan diésel. Una decisión que los ciudadanos no han recibido bien, ya que tendrán que ir a otras para repostar.
Además, el diésel sigue siendo muy relevante en Francia, pues este gasóleo supone más de dos tercios de la venta de carburantes en el país galo. Por ello, no será sencillo que los conductores se tomen bien esta decisión.
Sin embargo, el ayuntamiento parisino ya lleva unos pocos años implantando medidas contra el diésel, como en 2020 cuando decidieron quitar los vehículos oficiales que usaban este carburante. No obstante, los de la policía y los bomberos siguen usándolo, por lo que esta medida no solo afectará a los ciudadanos, sino que también a los organismos públicos.
Además, esta decisión que ha tomado París podría recaer en las decisiones de otras ciudades importantes, ya que servirá de ejemplo para otras urbes europeas. De hecho, en España el 60% del parque automovilístico usan este tipo de combustible, según ANFAC, por lo que sería algo dura una medida de este calibre.
Pese a que solo se le han prohibido a 4 estaciones, por el momento, es un enorme paso de París para frenar la contaminación y mejorar la calidad del aire. Se trata de otra de las piedras del camino de la capital francesa para alcanzar el tan soñado 2030 sin vehículos diésel.